Capítulo 10 – El peso de la confianza

La madrugada me sorprendió con los ojos abiertos. El tic-tac del reloj del pasillo se sentía lejano, como si perteneciera a otro mundo. Yo seguía cerca de la chimenea, con la manta hasta el cuello, abrazada al recuerdo de la noche.

Su última regla seguía ardiendo en mis oídos: "Confía en mí."

La c...

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