Capítulo 9 – El arte de la obediencia

La casa estaba en silencio. El reloj del pasillo marcaba la medianoche con su tic-tac monótono, un sonido que antes me tranquilizaba, pero que ahora se sentía como un anuncio del tiempo que se me escapaba.

Sabía que debía dormir, que mañana tendría clases temprano, pero mi mente solo podía pensar e...

Inicia sesión y continúa leyendo