Capítulo 7. ¡Soy tu esposo!

Ricardo se quedó de piedra ante la respuesta de Kate, sus ojos eran dos pozos de esmeraldas brillantes y desafiantes. No estaba jugando y él tampoco.

—Pues no te daré el gusto, llevarás mi apellido por el tiempo que sea necesario y aprenderás a respetarlo. No voy a permitir que me veas la cara, Kat...