La única certeza

La sonora carcajada de Vladimir resonó en el invernadero.

—¿Qué diablos crees que haces, Danielle? —preguntó él con diversión.

—Ya te lo he dicho, Vladimir, quiero que me dejes ir... —respondió ella con voz temblorosa.

Era evidente que estaba aterrada sosteniendo un arma en sus manos, y a él le r...