Demasiado tarde

Danielle caminó en silencio casi por inercia y recogió su ropa del suelo. Sus piernas aún temblaban ligeramente, pero tomó las bragas y se las puso. Luego hizo lo mismo con el vestido y lo estiró un poco con las manos para aplacar las arrugas que se habían formado en la tela. Se sentía pegajosa y hú...