Capítulo 162. Un culpable

Sebastian Goldberg

Llego a mi despacho, me retiro la pluma y la pongo entre los lápices en el vaso de cartón que Evelyn me pintó con sopa cruda y crayones, sonrío al ver su obra de arte para papá.

Después de unos momentos más, se abre la puerta y aparece Vivian, al verla, mi estómago se contrae, e...