Capítulo 80. Una confesión

Henry Goldberg

Después de encontrar una mesa en una esquina del local, ordeno la pizza que ella ha elegido, da un sorbo a su agua, veo sus pequeñas pecas discretas por su nariz.

—¿Cómo te sientes? —pregunto al verla un poco callada, un poco más pálida.

—Bien, —me sonríe. Evelyn es inteligente, a ...