Capítulo 57 57

Con el corazón hecho un puño, Amaranta tuvo que verse obligada a dejar el marco de la ventana. La enfermera se había detenido y había puesto su mirada en ella.

— ¿Algo está mal?  — preguntó.

Y Amaranta negó.

— No, claro que no, todo está bien. Solo, como ya les dije, estaba verificando que todo e...

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