CAPÍTULO 30

Capítulo 30

Me levanté de golpe, como si me hubieran echado agua fría.

—¿Estás loco?

Él intentó reír, pero su mirada era seria. Me jaló de nuevo, sus labios buscando mi cuello.

—No quiero que te vayas —me suplico —No volveré a hacer esos comentarios, te lo juro.

Asentí , conocía al Max bueno, y...

Inicia sesión y continúa leyendo