

Secretos sin pudor.
juan.hernandez.historias · En curso · 30.3k Palabras
Introducción
Hasta que descubrió a su marido en los brazos de su mejor amiga.
Desde ese momento, algo dentro de ella cambió: el dolor se volvió placer, y la fidelidad… una broma cruel.
Ahora Amber juega su propio juego, uno donde el cuerpo manda y el alma se apaga.
Entre amantes prohibidos, secretos familiares y traiciones, cada movimiento la acerca más al abismo.
Porque cuando una mujer decide vengarse con placer, nadie sale ileso… ni siquiera ella.
Capítulo 1
Amber
Me encantaba lo que veía frente al espejo, esa imagen que mi rostro mostraba
solamente significaba una cosa, con los años me volvía más deseable, eso era
seguro, aunque mi esposo se negara a reconocerlo.
—Diez años, amor. Estás más irresistible que nunca, la envidia de todas —susurró
Franco, deslizando su mano por mi espalda mientras terminaba de pintar mis
labios. Me giré hacia él, y el roce de su piel contra la mía despertó un calor
instantáneo. Su erección, ya evidente, prometía un encuentro ardiente.
—Tú también mejoras con el tiempo, cariño. Eres puro fuego —respondí con una
sonrisa pícara, mordiendo su entrepierna por encima del pantalón. Franco se
estremeció, y yo, divertida, volví al espejo para retocar mi maquillaje. Él ajustó su
impecable traje, listo para la noche.
Estábamos de aniversario, y el club más exclusivo de la ciudad nos esperaba con
una fiesta deslumbrante. La élite internacional estaría allí, al igual que su
amante… pero eso no me detendría, los dejaría que siguieran pensando en que
soy inocente de sus andanzas.
—¿Lista, mi reina? —Franco me rodeó la cintura, atrayéndome hacia él. Su beso
fue voraz, y sentí su miembro presionando contra mí, encendiendo cada rincón de
mi cuerpo. Mis manos recorrieron sus nalgas, apretándolas con fuerza, y un
gemido escapó de mis labios. Me encantaba ser suya, pero más aún me encendía
el sexo, con él… o con quien fuera.
Sus besos inmediatamente mojaron mis bragas, pero lo que más me motivaba,
era pensar la forma en que me vengaría de él. Lo empujé contra nuestra cama
matrimonial, subí mi vestido, dejando mi coño expuesto, húmedo y listo.
Sus ojos brillaban de lujuria, y aunque la fiesta nos esperaba, la urgencia era más
fuerte. Desabroché su pantalón, liberé su miembro duro y, sin romper el contacto
visual, me hundí en él. Cabalgué con furia, sus gemidos resonaban, sus manos se
aferraban a mis caderas. Aunque mi cuerpo me traicionaba, en el fondo, quería
dominarlo, hacerlo sentir pequeño.
Sin pensarlo, le di una bofetada.
—¡Amber! —jadeó, su erección flaqueó al instante.
Aumenté el ritmo de mis caderas, y le di otra bofetada, haciendo que su rostro
girara, adolorido.
—¡Mierda! —refutó, aún más blando dentro de mí, y quise seguir golpeándolo.
Desde que lo vi en el despacho, debajo de ella, moviendo sus caderas, follandola
como si fuera la gran diosa, solamente quería darle golpes.
—¡Sigue, amor, estoy en llamas! —mentí, ocultando una risa. Quería que pagara
por sus traiciones, aunque fuera con pequeños golpes al ego.
—No me pegues, no me gusta. Últimamente lo haces demasiado —protestó, con
su voz tensa. —No es excitante, cariño.
—¡Ah! Pero a mí me gusta ¡sigue Franco! Sigue que voy a correrme sobre ti…
Sonreí con malicia. La mezcla de placer y venganza era adictiva. Aumenté el
ritmo, mis caderas giraban como un torbellino, mi clítoris se estremecía rozando
contra él, hasta que el orgasmo me atravesó como un relámpago. Grité, y su calor
se derramó dentro de mí. Exhausta, le di un beso fugaz, me puse las bragas sin
limpiarme, ajusté mi vestido y volví al espejo.
—¿Nos vamos, querido? —pregunté con una ceja alzada. Franco, aun
recuperándose, solo asintió.
En el auto, Andrew, nuestro conductor, no podía quitarme los ojos de encima. Sus
miradas a través del retrovisor eran puro deseo, y eso me encendía aún más.
Mientras Franco hablaba por teléfono, deslicé mi mano por su muslo, acariciando
su entrepierna con descaro. Andrew tragó saliva, sus mejillas se enrojecieron, y
por poco pierde el control del volante.
—¡Cuidado, Andrew! ¡Por Dios, casi nos matas! ¡Imbécil! —rugió Franco.
Franco, a sus 36 años, era el sueño de cualquier mujer: alto, atractivo, millonario,
el CEO de Golde Enterntaiment . Pero hace cuatro años descubrí su aventura con
mi mejor amiga, Lía. Los vi juntos en el estudio de nuestra mansión, una imagen
que destrozó mi corazón. Lloré noches enteras, preguntándome por qué. Nunca
les dije que lo sabía. Quería ver hasta dónde llegaban, y los malnacidos, seguían
juntos, sin importarles absolutamente nada. Pero yo, mientras tanto, yo también
jugaría mi propio juego.
Llegamos al club, donde una multitud de amigos, familiares y conocidos nos
recibió con sonrisas, algunas genuinas, otras puro teatro. Franco, siempre
carismático, tomó mi mano y levantó su copa para un brindis.
—Familia, amigos, gracias por estar aquí. Es un honor celebrar diez años junto a
esta mujer extraordinaria —dijo, besándome la mejilla mientras todos aplaudían.
Éramos la pareja perfecta, la envidia de todos. Pero mi mente ya estaba en otra
parte. Mientras Franco charlaba con sus socios, mis ojos encontraron a Augusto
Polat, uno de los empresarios más poderosos de la ciudad. La tensión entre
nosotros era eléctrica.
—Voy al tocador, amor —le dije a Franco, rozando su espalda con una sonrisa.
—Ve con cuidado, cariño. Tómate tu tiempo —respondió, distraído.
Hice una seña sutil con las cejas y me dirigí al cuarto de limpieza del club,
evitando las miradas curiosas. Mi corazón latía desbocado, mi coño ya estaba
húmedo de anticipación. Cuando la puerta se abrió, Augusto entró, y el aire se
cargó de deseo.
—Pensé que no tendríamos ni un segundo a solas —murmuró, acercándose,
desesperado, me agarró por la espalda, y sus manos se deslizaron directo por mis
pechos.
—No pude resistirme —respondí, guiando su mano bajo mi vestido. Sus dedos
encontraron mi humedad, los introdujo un poco y luego los llevó a su boca y
sonrió.
—Deliciosa, sabes a gloria. —dijo antes de besarme con fiereza. Su lengua sabía
a mí, a Franco, a puro vicio. Sus manos apretaron mis pechos, arrancándome un
gemido. Desabroché su pantalón, liberando su enorme erección, y me arrodillé.
Bajó las tiras de mi vestido, dejando mis pechos al aire, y deslizó su miembro
entre ellos mientras yo lamía la punta, saboreando cada instante de esa
adrenalina prohibida.
A mi cabeza vinieron imágenes de Lía y Franco, de su maldita traición, pero ya no
me dolía, por el contrario, mi cuerpo pedía más.
Con una mano lo acariciaba, con la otra me daba placer a mí misma. Cuando sentí
que él estaba al límite, me detuve y me subí a una encimera, abriendo las piernas.
Augusto no dudó. Me penetró con fuerza, mordiendo mi pezón mientras tapaba
mis gemidos con su mano. Sus embestidas eran brutales, y yo me movía al ritmo
de sus caderas, perdida en el éxtasis de saber que Franco estaba a metros de
distancia.
—¡Más fuerte! —susurré, clavando mis uñas en su espalda. El orgasmo me
sacudió, una corriente de placer que me hizo temblar. Augusto, con un último
empujón, se derramó dentro de mí, besándome con una suavidad que contrariaba
con la intensidad de momentos antes.
—Eres una delicia, Amber —murmuró, rozando mi cuello. —Mi delicia prohibida.
—Tú también, pero debemos irnos. Franco notará mi ausencia —respondí,
recomponiéndome.
Hacerlo con el socio de mi esposo era mi fantasía personal, una burla en su
propia cara.
—No puedo seguir así, Amber. llevamos tres años. Deberías dejarlo —dijo,
frustrado.
Me colgué de su cuello, besándolo suavemente. —Cariño, no voy a dejar a
Franco. No ahora. Hay demasiado en juego, nuestro patrimonio. Soy más lista que
él, pero por ahora, la farsa debe continuar.
Augusto salió del cuarto, molesto, y yo solté una risa. Él estaba enamorado, pero
para mí, esto era solo placer. Si Franco podía tener una amante, yo también.
Pasé por el tocador para limpiarme y volví a la mesa. Allí estaba Lía, ocupando mi
lugar junto a Franco, con una sonrisa hipócrita. No me inmuté. Me acerqué, besé a
Franco en la boca, dejando que probara el rastro de su socio, y luego saludé a Lía
con un beso en la mejilla.
—Querida, llegaste tarde —dije, con una sonrisa tan falsa como la suya.
—Tuve que resolver algo. ¡Estás radiante! —respondió, con un tono cargado de
cinismo.
Quince años de amistad, y así me pagaba. Me senté, bebí una copa de vino tras
otra, y me dejé envolver por la satisfacción. No sentía celos ni dolor. Solo el
éxtasis de mi propia libertad.
Últimos capítulos
- #28 Capítulo 28 Despedida en la penumbraÚltima actualización: 10/29/2025
- #27 Capítulo 27 El juego de la seducciónÚltima actualización: 10/29/2025
- #26 Capítulo 26 Trampas y deseosÚltima actualización: 10/29/2025
- #25 Capítulo 25 Propuesta macabraÚltima actualización: 10/29/2025
- #24 Capítulo 24 Un odio visceralÚltima actualización: 10/29/2025
- #23 Capítulo 23 Fuego de venganzaÚltima actualización: 10/29/2025
- #22 Capítulo 22 Un dolor insoportableÚltima actualización: 10/29/2025
- #21 Capítulo 21 Una fachada de amorÚltima actualización: 10/29/2025
- #20 Capítulo 20 Vorágine de deseoÚltima actualización: 10/29/2025
- #19 Capítulo 19 Fuego prohibidoÚltima actualización: 10/29/2025
Te podría gustar 😍
Sobornando la Venganza del Multimillonario
Su vida es perfecta hasta que su castillo de cristal se derrumba. Su esposo admite haber sido infiel con nada menos que su propia hermana, y hay un hijo en camino. Liesl decide que la mejor manera de sanar su corazón destrozado es destruyendo lo único que él valora más que cualquier otra cosa: su carrera.
Isaias Machado es un multimillonario de primera generación estadounidense; él conoce el valor del trabajo duro y de hacer lo necesario para sobrevivir. Toda su vida ha estado orientada al momento en que pueda arrebatar la compañía McGrath de las manos de los hombres corruptos que una vez dejaron a su familia sin hogar.
Cuando Liesl McGrath se acerca al multimillonario para sobornarlo con información destinada a arruinar a su exmarido, Isaias Machado está ansioso por tomar todo lo que los McGrath valoran, incluyendo a Liesl.
Una historia de amor, venganza y sanación necesita comenzar en algún lugar, y el dolor de Liesl es el catalizador para la montaña rusa más salvaje de su vida. Que comience el soborno.
Dura en Disfraz
—Jade, necesito revisar tu—comenzó la enfermera.
—¡FUERA!—gruñí con tanta fuerza que ambas mujeres retrocedieron hacia la puerta.
Una vez temida por la Organización Sombra que me drogó para replicar mis habilidades en una versión más controlable, había escapado de mis ataduras y detonado toda su instalación, lista para morir junto a mis captores.
En cambio, desperté en la enfermería de una escuela con mujeres discutiendo a mi alrededor, sus voces perforando mi cráneo. Mi estallido las congeló de shock—claramente no esperaban tal reacción. Una mujer amenazó mientras se iba—Discutiremos esta actitud cuando llegues a casa.
La amarga verdad es que he renacido en el cuerpo de una chica de secundaria con sobrepeso, débil y supuestamente tonta. Su vida está llena de acosadores y verdugos que han hecho su existencia miserable.
Pero no tienen idea de con quién están tratando ahora.
No sobreviví como la asesina más letal del mundo permitiendo que alguien me pisoteara. Y ciertamente no voy a empezar ahora.
De Substituta a Reina
Con el corazón roto, Sable descubrió a Darrell teniendo sexo con su ex en su cama, mientras transfería en secreto cientos de miles para mantener a esa mujer.
Lo peor fue escuchar a Darrell reírse con sus amigos: —Es útil—obediente, no causa problemas, se encarga de las tareas del hogar, y puedo follarla cuando necesito alivio. Básicamente es una sirvienta con beneficios. Hizo gestos groseros de empuje, provocando las carcajadas de sus amigos.
Desesperada, Sable se fue, reclamó su verdadera identidad y se casó con su vecino de la infancia—el Rey Lycan Caelan, nueve años mayor que ella y su compañero predestinado. Ahora Darrell intenta desesperadamente recuperarla. ¿Cómo se desarrollará su venganza?
De sustituta a reina—¡su venganza acaba de comenzar!
LA NIÑERA DEL ALFA.
A Lori Wyatt, una joven tímida y rota de veintidós años con un oscuro pasado, se le ofrece el trato de su vida cuando le piden que sea la niñera de una recién nacida que perdió a su madre en el parto. Lori acepta, ansiosa por alejarse de su pasado.
Gabriel Caine es el Alfa de la respetada manada Colmillo de Luna y el CEO de Caine Inc. Una noche de borrachera lleva al nacimiento de su hija y, tras la muerte de la madre, encuentra una niñera para ella. Cuando conoce a Lori, descubre que ella es su compañera y jura protegerla de sus enemigos.
La atracción instantánea entre ellos es inevitable. Lori, que cree no ser digna de amor, no puede explicar por qué el poderoso multimillonario la persigue, y Gabriel, completamente enamorado de ella, no sabe cómo ser totalmente honesto con Lori sobre su condición de hombre lobo.
El destino los ha unido y ahora deben luchar juntos por su amor, en medio de los conflictos entre manadas y los secretos que guarda el pasado de Lori.
¿Sobrevivirá su amor?
Enamorada del hermano marino de mi novio
¿Por qué estar cerca de él hace que mi piel se sienta demasiado apretada, como si llevara un suéter dos tallas más pequeño?
Es solo la novedad, me digo firmemente.
Solo la falta de familiaridad de alguien nuevo en un espacio que siempre ha sido seguro.
Me acostumbraré.
Tengo que hacerlo.
Es el hermano de mi novio.
Esta es la familia de Tyler.
No voy a dejar que una mirada fría deshaga eso.
**
Como bailarina de ballet, mi vida parece perfecta—beca, papel protagónico, dulce novio Tyler. Hasta que Tyler muestra su verdadera cara y su hermano mayor, Asher, regresa a casa.
Asher es un veterano de la Marina con cicatrices de batalla y cero paciencia. Me llama "princesa" como si fuera un insulto. No lo soporto.
Cuando una lesión en mi tobillo me obliga a recuperarme en la casa del lago de la familia, me quedo atrapada con ambos hermanos. Lo que comienza como odio mutuo lentamente se convierte en algo prohibido.
Estoy enamorándome del hermano de mi novio.
**
Odio a las chicas como ella.
Consentidas.
Delicadas.
Y aún así—
Aún así.
La imagen de ella de pie en la puerta, apretando más su cárdigan alrededor de sus estrechos hombros, tratando de sonreír a pesar de la incomodidad, no me deja.
Tampoco lo hace el recuerdo de Tyler. Dejándola aquí sin pensarlo dos veces.
No debería importarme.
No me importa.
No es mi problema si Tyler es un idiota.
No es asunto mío si alguna princesita malcriada tiene que caminar a casa en la oscuridad.
No estoy aquí para rescatar a nadie.
Especialmente a ella.
Especialmente a alguien como ella.
Ella no es mi problema.
Y me aseguraré de que nunca lo sea.
Pero cuando mis ojos se posaron en sus labios, quise que fuera mía.
La Cachorra del Príncipe Licántropo
—Pronto estarás rogándome. Y cuando lo hagas—te usaré como me plazca, y luego te rechazaré.
—
Cuando Violet Hastings comienza su primer año en la Academia de Cambiantes Starlight, solo quiere dos cosas: honrar el legado de su madre convirtiéndose en una sanadora hábil para su manada y pasar por la academia sin que nadie la llame rara por su extraña condición ocular.
Las cosas toman un giro dramático cuando descubre que Kylan, el arrogante heredero al trono de los Licántropos que ha hecho su vida miserable desde el momento en que se conocieron, es su compañero.
Kylan, conocido por su personalidad fría y sus maneras crueles, está lejos de estar contento. Se niega a aceptar a Violet como su compañera, pero tampoco quiere rechazarla. En cambio, la ve como su cachorrita y está decidido a hacer su vida aún más un infierno.
Como si lidiar con el tormento de Kylan no fuera suficiente, Violet comienza a descubrir secretos sobre su pasado que cambian todo lo que pensaba que sabía. ¿De dónde viene realmente? ¿Cuál es el secreto detrás de sus ojos? ¿Y ha sido toda su vida una mentira?
El Deseo Prohibido del Rey Licántropo
Esas palabras salieron cruelmente de la lengua de mi destinado—MI COMPAÑERO.
Él robó mi inocencia, me rechazó, me apuñaló y ordenó que me mataran en nuestra noche de bodas. Perdí a mi loba, dejada en un reino cruel para soportar el dolor sola...
Pero mi vida dio un giro esa noche—un giro que me arrastró al peor infierno posible.
Un momento, era la heredera de mi manada, y al siguiente—era una esclava del despiadado Rey Lycan, que estaba al borde de perder la cordura...
Frío.
Mortal.
Implacable.
Su presencia era el infierno mismo.
Su nombre un susurro de terror.
Juró que yo era suya, deseada por su bestia; para satisfacerlo incluso si me rompe
Ahora, atrapada en su mundo dominante, debo sobrevivir a las oscuras garras del Rey que me tenía bajo su control.
Sin embargo, dentro de esta oscura realidad, yace un destino primitivo....
El regreso de la princesa de la mafia
La Novia Arreglada del Dios de la Guerra Alfa
Sin embargo, Alexander dejó clara su decisión al mundo: —Evelyn es la única mujer con la que me casaré.
La Pareja Humana Urbana de Talla Grande del Alfa
La segura y de talla grande Ji'lahni, junto con sus dos primas y una amiga, poseen una exitosa empresa de planificación de bodas, además de un estudio de baile y defensa personal. Son contratadas por su nueva amiga, que es como una madre para ellas, para planear la boda—es decir, la ceremonia de apareamiento—de su hijo.
¿Qué ocurrirá cuando estas mujeres atrevidas y de talla grande entren en el mundo de los hombres lobo?
Lee para descubrirlo.
La Esposa Contractual del CEO
Divórciame antes de que la Muerte me Lleve, CEO
Mi mano instintivamente se dirigió a mi estómago. —Entonces... ¿realmente se ha ido?
—Su cuerpo debilitado por el cáncer no puede soportar el embarazo. Tenemos que terminarlo, pronto —dice el doctor.
Después de la cirugía, ÉL apareció. —¡Audrey Sinclair! ¿Cómo te atreves a tomar esta decisión sin consultarme?
Quería desahogar mi dolor, sentir su abrazo. Pero cuando vi a la MUJER a su lado, me rendí.
Sin dudarlo, se fue con esa mujer "frágil". Esa clase de ternura, nunca la he sentido.
Sin embargo, ya no me importa porque no tengo nada ahora: mi hijo, mi amor, y hasta... mi vida.
Audrey Sinclair, una mujer pobre, se enamoró de un hombre del que no debía. Blake Parker, el multimillonario más poderoso de Nueva York, tiene todo lo que un hombre podría soñar: dinero, poder, influencia, excepto una cosa: no la ama.
Cinco años de amor no correspondido. Tres años de matrimonio secreto. Un diagnóstico que le deja tres meses de vida.
Cuando la estrella de Hollywood regresa de Europa, Audrey Sinclair sabe que es hora de terminar su matrimonio sin amor. Pero no entiende—si él no la ama, ¿por qué se negó cuando ella le propuso el divorcio? ¿Por qué la está torturando durante estos últimos tres meses de su vida?
A medida que el tiempo se escapa como arena entre los dedos, Audrey debe elegir: morir como la señora Parker, o vivir sus últimos días en libertad.















