
Juntos y revueltos
jedacla · Completado · 106.2k Palabras
Introducción
Pero ellos se llevan como el agua y el aceite, la mansión se convierte en un campo de batalla cómico, mientras intentan sabotearse mutuamente para conseguir que el otro se rinda y abandone la casa.
Lukas, es un diseñador gráfico divertido, pero muy desordenado, y Sofía, una organizada planificadora de eventos, chocan constantemente en sus estilos de vida y prioridades. Sin embargo, a medida que los días pasan, empiezan a descubrir las cualidades ocultas del otro que nunca habrían imaginado. ¿Podrán abrirse al amor o su vida seguirá siendo un campo de batalla?
Capítulo 1
La pantalla del móvil iluminó la oscuridad de la habitación con un brillo repentino. Lukas, aún adormilado, frunció el ceño al ver el nombre del llamante. Su padre. La hora insólita predecía malas noticias.
—¿Sí? —respondió con la voz rasposa del sueño.
“Lukas, hijo... lamento ser portador de mala noticia, tu abuelo ha muerto”.
El silencio se colgó pesado entre las palabras de su padre.
Un zumbido le llenó los oídos a Lukas mientras las palabras resonaban en su mente. Habían pasado diez años desde que había dejado la casa familiar, huyendo de los nuevos caprichos de su padre y de su mujer, porque detestaba a su hija.
"Lukas, ¿me escuchaste?" La voz de su padre cortó a través de sus pensamientos.
—Sí, padre… voy para allá, saldré en el primer vuelo comercial —dijo finalmente, sintiendo un nudo en la garganta.
"Quiero que sepas que Sofía también viene en camino, su madre la llamó, procura dejar las diferencias con ella, hazlo por tu abuelo, sabes cuánto la amaba.
—Lo intentaré, aunque no prometo nada… ella tiene la capacidad de hacerme enojar —dijo de mala manera, porque incluso su nombre le provocaba un profundo desagrado.
Lukas colgó el teléfono sin despedirse. Se quedó mirando al vacío por unos segundos. Suspiró profundamente y se levantó de la cama.
—Mierda —murmuró mientras buscaba su maleta.
Empezó a empacar mecánicamente. Su mente divagaba entre recuerdos de su abuelo y el disgusto de tener que ver a Sofía.
Comenzó a empacar una maleta pequeña. Ropa negra, por supuesto. Un traje para el funeral. Mientras doblaba una camisa, su mente divagaba.
"Sofía", pensó con amargura. "¿Por qué tiene que venir ella? Si no es una Martinelli auténtica".
El recuerdo de su última estadía en su casa lo invadió, la discusión con su padre y con su abuelo, por culpa de esa mocosa, apretó las manos ante los recuerdos.
Su teléfono vibró. Un mensaje de texto.
"Vuelo reservado. Salida en dos horas. No llegues tarde. Papá."
Lukas resopló. Típico de su padre, dando órdenes incluso en un momento como este.
Llamó un taxi, terminó de empacar y bajó al vestíbulo.
Cuando llegó al aeropuerto, Lukas ajustó su maleta y se unió a la fila. Suspiró, impaciente. El aeropuerto bullía de actividad.
De repente, vio a una mujer que lo flechó en el acto. Una visión en rojo. Curvas sinuosas. Cabello oscuro cayendo en cascada. Gafas de sol ocultando sus ojos.
El corazón de Lukas se aceleró. "Vaya, vaya," pensó. "Parece que este viaje será más interesante de lo que creía”.
La mujer se acercó con paso decidido. Lukas enderezó los hombros, esbozando su sonrisa más encantadora.
Ella lo ignoró por completo. En un instante, se deslizó frente a él en la fila.
Lukas parpadeó, confundido.
—¿Qué demonios...?
Antes de que pudiera reaccionar, ella ya estaba en el mostrador y un par de minutos después, salió con una sonrisa.
—Gracias por dejarme pasar —dijo la mujer con voz sedosa, agitando su boleto.
La mandíbula de Lukas cayó.
—¿Dejarte pasar? Yo no... —pero antes de que pudiera protestar, ella ya se había ido, dejando solo una estela de perfume.
Lukas se quedó mirando, atónito.
—Increíble —murmuró. —Ni siquiera Miss Perfecta Davies se atrevería a tanto.
Sacudió la cabeza, una mezcla de irritación y admiración.
—Bueno, supongo que no soy el único que sabe cómo salirse con la suya.
Lukas avanzó en la fila, aún molesto por el descaro de aquella mujer. Cuando finalmente llegó al mostrador, la encargada le sonrió amablemente.
—Buenos días, señor. ¿En qué puedo ayudarle?
—Tengo una reserva a nombre de Lukas Martinelli.
La mujer tecleó en su computadora.
—Sí, aquí está. Vuelo 302 con destino a...
—Lo sé, lo sé —interrumpió Lukas, impaciente—. ¿Puedo tener mi boleto, por favor?
—Por supuesto —respondió ella, sin perder la sonrisa—. Aquí tiene. Que tenga un buen viaje.
Lukas tomó el boleto y se dirigió hacia la seguridad. La fila era larga y tediosa. Miró su reloj, preocupado por el tiempo.
Uno a uno fueron pasando los pasajeros, cuando subió al avión miró su ticket, iba a sentarse, pero su puesto estaba ocupado, casualmente por la misma mujer vestida de rojo que se le coló.
—Señora —dijo apretando los dientes con enfado—, está sentada en mi puesto.
La mujer levantó la vista de su libro y lo miró por encima de sus gafas de sol.
—¿Disculpa? No soy señora, soy señorita, ¿acaso no ves que apenas paso de los veinte, o te faltan anteojos? —dijo con una sonrisa burlona.
—Eso no es mi problema que seas señora o señorita. Estás en mi asiento —repitió Lukas, señalando el número en su boleto.— El 14A.
Ella miró su propio boleto y luego el de Lukas.
—Oh, vaya. Parece que tienes razón —dijo sin moverse—. Qué coincidencia, ¿no?
Lukas apretó los puños.
—¿Podrías moverte, por favor?
—Mmm... no… no quiero —respondió ella, volviendo a su libro—. Estoy bastante cómoda aquí.
—Mira, no tengo tiempo para esto —gruñó Lukas—. Ese es mi asiento y quiero sentarme allí o llamaré a la azafata.
Ella volteó los ojos con esa expresión que le decía, sin palabras, eres un infantil.
—No necesitamos un representante, no somos críos ¿Por qué no te sientas en el mío? —sugirió ella, señalando el asiento de al lado—. Es prácticamente lo mismo.
Lukas la miró con incredulidad. ¿Quién se creía esta mujer?
—No es lo mismo —insistió—. Yo reservé específicamente este asiento, porque me gusta la ventanilla.
—¿Por qué? Querías ver el paisaje de las nubes —preguntó ella con sarcasmo.
—No, pero...
—Entonces siéntate y deja de armar escándalo —lo interrumpió—. Estás molestando a los demás pasajeros.
Lukas miró a su alrededor. Efectivamente, varias personas los observaban con curiosidad.
Suspiró frustrado.
—Bien. Me sentaré aquí. Pero que conste que lo hago bajo protesta.
—Anotado —dijo ella sin levantar la vista de su libro.
Lukas se dejó caer en el asiento, furioso. Sacó su teléfono y empezó a teclear agresivamente.
—¿Qué haces? ¿Puedes poner eso en silencio? Soy sensible al ruido —protestó la mujer.
—¿Sensible al ruido? —Lukas soltó una carcajada sarcástica—. ¿Y qué más? ¿También eres alérgica al oxígeno?
La mujer cerró su libro de golpe.
—Muy gracioso. ¿Siempre eres así de encantador con los desconocidos?
—Solo con los que me roban el asiento —replicó Lukas, sin apartar la vista de su teléfono.
—No te robé nada. Simplemente aproveché una oportunidad.
—Llámalo como quieras. Sigue siendo de mala educación.
La mujer se quitó las gafas de sol, revelando unos intensos ojos color miel, que le recordaron otros.
—¿Quieres hablar de educación? Tú eres el que está haciendo berrinche por un simple asiento.
Lukas la miró, sorprendido por la intensidad de su mirada, respiró hondo, contando hasta diez mentalmente.
—Eres increíble, ¿lo sabías?
—Gracias, me lo dicen a menudo.
Él sacudió la cabeza, exasperado.
—No era un cumplido.
—Oh, ¿no? Qué lástima —dijo ella, volviendo a su libro.
Lukas se quedó en silencio, el avión despegó, y luego de media hora, la azafata pasó ofreciendo bebidas.
—¿Desea algo de beber, señor? —preguntó amablemente.
—Un whisky doble, por favor —respondió Lukas.
La mujer de rojo levantó una ceja.
—¿No es un poco temprano para beber?
Lukas la fulminó con la mirada, pero no dijo nada.
Rato después, no pudo evitarlo y fijó su mirada en el perfil de la mujer, pese a su voluntad lo tenía embobado. Su cabello castaño enmarcaba su rostro, sus labios rojos curvados en una sonrisa desafiante. Apartó la vista, frustrado.
—¿Podrías dejar de mirarme? —me vas a desgastar.
—No te estaba mirando —mintió Lukas. —Solo pensaba en lo irritante que eres, me recuerdas a alguien.
—¿A alguien qué amas con locura? —inquirió alzando las cejas.
—Pues no, todo lo contrario.
Pronto llegaron, en el aeropuerto, Lukas caminó rápidamente hacia la salida. Vio un taxi libre y levantó la mano.
De repente, la mujer de rojo apareció y se metió al taxi.
—¡¿Qué carajos haces?! ¡Es mi taxi! —gritó Lukas.
La chica sonrió burlesca.
—Lo era.
El taxi arrancó, dejando a Lukas furioso en la acera.
—¡Maldit4 sea! —pensó. —¿Cómo puede ser tan irritante y atractiva a la vez?
Lukas tomó otro taxi. Llegó a casa de su familia y tocó el timbre.
La puerta se abrió.
—¡Tú! —exclamó Lukas, boquiabierto cuando vio que allí estaba la mujer de rojo y de pronto todo encajó.
Ella le guiñó un ojo.
—Sorpresa, guapo. ¿Me extrañaste?
Últimos capítulos
#95 Capítulo 96. Epílogo.
Última actualización: 12/31/2024#94 Capítulo 95. Capítulo final.
Última actualización: 12/31/2024#93 Capítulo 94. Una llegada inesperada.
Última actualización: 12/31/2024#92 Capítulo 93. Todo aclarado.
Última actualización: 12/31/2024#91 Capítulo 92. Regreso a la realidad.
Última actualización: 12/31/2024#90 Capítulo 91. Un paraíso solo para nosotras.
Última actualización: 12/31/2024#89 Capítulo 90. Luna de miel y nuevos comienzos.
Última actualización: 12/31/2024#88 Capítulo 89. El amor siempre triunfa.
Última actualización: 12/31/2024#87 Capítulo 88. El giro inesperado.
Última actualización: 12/31/2024#86 Capítulo 87. Esperanza al límite.
Última actualización: 12/31/2024
Te podría gustar 😍
Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano
—Vas a tomar cada pulgada de mí. —Susurró mientras empujaba hacia arriba.
—Joder, te sientes tan jodidamente bien. ¿Es esto lo que querías, mi polla dentro de ti? —Preguntó, sabiendo que lo había estado tentando desde el principio.
—S..sí —jadeé.
Brianna Fletcher había estado huyendo de hombres peligrosos toda su vida, pero cuando tuvo la oportunidad de quedarse con su hermano mayor después de graduarse, allí conoció al más peligroso de todos. El mejor amigo de su hermano, un Don de la mafia. Él irradiaba peligro, pero ella no podía mantenerse alejada.
Él sabe que la hermanita de su mejor amigo está fuera de límites y, sin embargo, no podía dejar de pensar en ella.
¿Podrán romper todas las reglas y encontrar consuelo en los brazos del otro?
El Deseo Prohibido del Rey Licántropo
Esas palabras salieron cruelmente de la lengua de mi destinado—MI COMPAÑERO.
Él robó mi inocencia, me rechazó, me apuñaló y ordenó que me mataran en nuestra noche de bodas. Perdí a mi loba, dejada en un reino cruel para soportar el dolor sola...
Pero mi vida dio un giro esa noche—un giro que me arrastró al peor infierno posible.
Un momento, era la heredera de mi manada, y al siguiente—era una esclava del despiadado Rey Lycan, que estaba al borde de perder la cordura...
Frío.
Mortal.
Implacable.
Su presencia era el infierno mismo.
Su nombre un susurro de terror.
Juró que yo era suya, deseada por su bestia; para satisfacerlo incluso si me rompe
Ahora, atrapada en su mundo dominante, debo sobrevivir a las oscuras garras del Rey que me tenía bajo su control.
Sin embargo, dentro de esta oscura realidad, yace un destino primitivo....
Dura en Disfraz
—Jade, necesito revisar tu—comenzó la enfermera.
—¡FUERA!—gruñí con tanta fuerza que ambas mujeres retrocedieron hacia la puerta.
Una vez temida por la Organización Sombra que me drogó para replicar mis habilidades en una versión más controlable, había escapado de mis ataduras y detonado toda su instalación, lista para morir junto a mis captores.
En cambio, desperté en la enfermería de una escuela con mujeres discutiendo a mi alrededor, sus voces perforando mi cráneo. Mi estallido las congeló de shock—claramente no esperaban tal reacción. Una mujer amenazó mientras se iba—Discutiremos esta actitud cuando llegues a casa.
La amarga verdad es que he renacido en el cuerpo de una chica de secundaria con sobrepeso, débil y supuestamente tonta. Su vida está llena de acosadores y verdugos que han hecho su existencia miserable.
Pero no tienen idea de con quién están tratando ahora.
No sobreviví como la asesina más letal del mundo permitiendo que alguien me pisoteara. Y ciertamente no voy a empezar ahora.
La Cachorra del Príncipe Licántropo
—Pronto estarás rogándome. Y cuando lo hagas—te usaré como me plazca, y luego te rechazaré.
—
Cuando Violet Hastings comienza su primer año en la Academia de Cambiantes Starlight, solo quiere dos cosas: honrar el legado de su madre convirtiéndose en una sanadora hábil para su manada y pasar por la academia sin que nadie la llame rara por su extraña condición ocular.
Las cosas toman un giro dramático cuando descubre que Kylan, el arrogante heredero al trono de los Licántropos que ha hecho su vida miserable desde el momento en que se conocieron, es su compañero.
Kylan, conocido por su personalidad fría y sus maneras crueles, está lejos de estar contento. Se niega a aceptar a Violet como su compañera, pero tampoco quiere rechazarla. En cambio, la ve como su cachorrita y está decidido a hacer su vida aún más un infierno.
Como si lidiar con el tormento de Kylan no fuera suficiente, Violet comienza a descubrir secretos sobre su pasado que cambian todo lo que pensaba que sabía. ¿De dónde viene realmente? ¿Cuál es el secreto detrás de sus ojos? ¿Y ha sido toda su vida una mentira?
Mi Luna Marcada
—Sí.
Exhala, levanta su mano y la baja para abofetear mi trasero desnudo de nuevo... más fuerte que antes. Gimo por el impacto. Duele, pero es tan excitante y sexy.
—¿Lo harás de nuevo?
—No.
—¿No, qué?
—No, Señor.
—Buena chica —acerca sus labios para besar mi trasero mientras lo acaricia suavemente—.
—Ahora, voy a follarte —me sienta en su regazo en una posición de monta. Nos miramos a los ojos. Sus largos dedos encuentran el camino hacia mi entrada e insertan sus dedos.
—Estás empapada por mí, nena —dice complacido. Mueve sus dedos dentro y fuera, haciéndome gemir de placer.
—Hmm —pero de repente, se van. Lloro mientras deja mi cuerpo ansiando por él. Cambia nuestra posición en un segundo, así que estoy debajo de él. Mi respiración es superficial y mis sentidos incoherentes mientras anticipo su dureza en mí. La sensación es fantástica.
—Por favor —suplico. Lo quiero. Lo necesito tanto.
—Entonces, ¿cómo te gustaría venirte, nena? —susurra.
¡Oh, diosa!
La vida de Apphia es dura, desde ser maltratada por los miembros de su manada hasta que su compañero la rechaza brutalmente. Está sola. Golpeada en una noche difícil, conoce a su segunda oportunidad de compañero, el poderoso y peligroso Alfa Lycan, y vaya que le espera la aventura de su vida. Sin embargo, todo se complica cuando descubre que no es una loba común. Atormentada por la amenaza a su vida, Apphia no tiene otra opción que enfrentar sus miedos. ¿Podrá Apphia derrotar la iniquidad que amenaza su vida y finalmente ser feliz con su compañero? Sigue para más.
Advertencia: Contenido maduro.
Yo y Mi Esposo Multimillonario
Después de lidiar con hombres indignos y mujeres despreciables, Aurora está lista para vivir su vida libremente y sin disculpas. Pero el distante y misterioso Heath se acerca con una pregunta que lo cambia todo:
—¿Cuándo nos casamos?
Un Fin de Semana con el Billonario
Abro la boca para responder, pero lo único que sale es una respiración tambaleante y un pequeño suspiro. Se ríe, con un estruendo sordo y sordo, y luego se inclina y me besa en la mitad de la espalda.
Vuelvo a sentir su punta en la puerta de mi casa. Lo empuja un poco y mi cuerpo vuelve a la vida. Mis músculos reaccionan ante su presencia, contrayéndose y aflojándose, como si mi cuerpo tratara de absorberlo profundamente.
Es el jefe de mi marido, así que se supone que esto está mal.
Entonces, ¿por qué se siente tan bien?
Braxton Merriweather siempre consigue lo que quiere. Ahora quiere a Julia Thompson, la esposa de uno de sus trabajadores. Desde el momento en que la vio por primera vez, supo que tenía que poseerla en todos los sentidos.
Cuando Jeff Thompson acepta el trato que le propone, Braxton se sorprende. Se sorprende aún más cuando la Sra. Thompson está de acuerdo.
Pero ahora que la ha probado, quiere más. ¿Cómo puede poseer a una mujer que ya está casada con otra persona?
Julia se siente atrapada por su matrimonio con su novia del instituto. En los dos años transcurridos desde que se casaron, él ha cambiado, y no para mejor. Cuando el multimillonario Braxton Merriweather muestra interés en ella, se siente halagada. E intrigado. ¿Es posible que uno de los hombres más ricos del mundo la quiera de verdad?
Y si es así... ¿qué hace con su marido?
Un fin de semana con el multimillonario es una historia sexy para lectores maduros.
Emparejada por Contrato con el Alfa
William—mi devastadoramente guapo y rico prometido hombre lobo destinado a convertirse en Delta—se suponía que sería mío para siempre. Después de cinco años juntos, estaba lista para caminar hacia el altar y reclamar mi felices para siempre.
En cambio, lo encontré con ella. Y su hijo.
Traicionada, sin trabajo y ahogada en las facturas médicas de mi padre, toqué fondo más duro de lo que jamás imaginé posible. Justo cuando pensaba que lo había perdido todo, la salvación llegó en la forma del hombre más peligroso que había encontrado.
Damien Sterling—futuro Alfa del Clan Sombra de la Luna Plateada y despiadado CEO de Sterling Group—deslizó un contrato sobre su escritorio con gracia depredadora.
—Firma esto, pequeña corza, y te daré todo lo que tu corazón desea. Riqueza. Poder. Venganza. Pero entiende esto—en el momento en que pongas la pluma en el papel, te conviertes en mía. Cuerpo, alma y todo lo demás.
Debí haber corrido. En cambio, firmé mi nombre y sellé mi destino.
Ahora pertenezco al Alfa. Y está a punto de mostrarme cuán salvaje puede ser el amor.
La Esposa Contractual del CEO
La Pareja Humana Urbana de Talla Grande del Alfa
La segura y de talla grande Ji'lahni, junto con sus dos primas y una amiga, poseen una exitosa empresa de planificación de bodas, además de un estudio de baile y defensa personal. Son contratadas por su nueva amiga, que es como una madre para ellas, para planear la boda—es decir, la ceremonia de apareamiento—de su hijo.
¿Qué ocurrirá cuando estas mujeres atrevidas y de talla grande entren en el mundo de los hombres lobo?
Lee para descubrirlo.
La Novia Arreglada del Dios de la Guerra Alfa
Sin embargo, Alexander dejó clara su decisión al mundo: —Evelyn es la única mujer con la que me casaré.
Accardi
—Te costará algo —susurró antes de tirar de su lóbulo con los dientes.
Sus rodillas temblaron y, si no fuera por su agarre en su cadera, habría caído. Él empujó su rodilla entre sus muslos como un soporte secundario en caso de que decidiera necesitar sus manos en otro lugar.
—¿Qué quieres? —preguntó ella.
Sus labios rozaron su cuello y ella gimió mientras el placer que sus labios provocaban se hundía entre sus piernas.
—Tu nombre —exhaló él—. Tu verdadero nombre.
—¿Por qué es importante? —preguntó ella, revelando por primera vez que su corazonada era correcta.
Él se rió contra su clavícula.
—Para saber qué nombre gritar cuando vuelva a entrar en ti.
Genevieve pierde una apuesta que no puede pagar. Como compromiso, acepta convencer a cualquier hombre que su oponente elija para que se vaya a casa con ella esa noche. Lo que no se da cuenta cuando el amigo de su hermana señala al hombre taciturno sentado solo en el bar, es que ese hombre no se conformará con solo una noche con ella. No, Matteo Accardi, Don de una de las pandillas más grandes de la ciudad de Nueva York, no hace encuentros de una sola noche. No con ella, de todos modos.












