NovelaGO
La Esposa que no Amo: Una madre para mi hijo

La Esposa que no Amo: Una madre para mi hijo

Maye Lyn V · Completado · 275.8k Palabras

827
Tendencia
101k
Vistas
6.5k
Agregado
Agregar a estante
Comenzar a leer
Compartir:facebooktwitterpinterestwhatsappreddit

Introducción

—¿Aceptas a esta mujer como tu legítima esposa, para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?
—Sí.
Tras la afirmación, se inclinó hacia ella, su rostro a centímetros del suyo retiró el velo, quedando expuesto el rostro de Chiara. Mientras tocaba suavemente su mejilla, su mirada recorrió su rostro y luego su cuerpo, como si estuviera evaluándola.
Luego, se inclinó aún más, su aliento cálido en su oído.
Ella se puso muy nerviosa, esperando el beso que recibiría de su, ahora, esposo. Pero este parecía antes querer decirle algo.
—Solo para que quede claro—susurró con una voz baja, pero cargada de una frialdad cortante, estremeciendo completamente el cuerpo de Chiara por la sorpresa de esa voz fría—eres completamente insignificante para mí.
Ella cerró los ojos por un momento, asimilando sus palabras. Cuando los abrió de nuevo, las lágrimas salían de sus ojos, buscando algo en el rostro de su esposo, pero solo había una expresión fría y aquella mirada dura que él le daba.
—Yo…—Se había quedado sin hablar, recibiendo aquellas palabras carentes de todo en lugar del beso—. ¿Qué se supone que significa eso? —había hecho todo lo posible porque las palabras salieran claras de su boca.
—Ya estamos casados, eso fue lo que se me pidió. Tú tienes un esposo y yo sigo a cargo de mi empresa. —Las palabras resonaron en la iglesia como un eco de hielo. La novia estaba paralizada por la humillación mientras él se alejaba de ella con determinación. Pero justo cuando parecía que la ceremonia seguiría su curso, la puerta de la iglesia se abrió de golpe cuando Davide solo se había alejado unos metros de la novia.

Capítulo 1

Llegaba para casarse con una mujer a la que no conocía, por tanto, no amaba.

En su corazón había alguien más, con quien ya tenía una relación, pese a saber que su destino había sido unido por alguien más a otra mujer, una mujer de la que apenas sabía nada.

Diez años en el extranjero, fuera de Italia, otros cinco años en el norte de Europa. Bastaron para cambiar muchas cosas en aquel hombre. Un evento doloroso lo hizo acepta cualquier cosa que sus padres decidieran sobre su vida, porque creía merecerlo, merecer cualquier castigo.

¿Prometerlo a otra mujer era castigarlo? Sí, sí cuando este solo estaba ocupando el lugar de su hermano, su hermano gemelo que había fallecido.

Para Davide Queen, su vida no era más que un castigo, un recuerdo doloroso para él y sus padres, para toda su familia.

Había estado administrando y expandiendo el negocio familiar luego de sus estudios, lo alejaban todo cuanto podían para no ver su rostro, solo que ya no era un hombre joven a quien podían manejar a su antojo, era el mayor de tres hermanos y se fue cuando solo tenía veintiún años. Hace un par de semanas había cumplido treinta y seis años.

Aquel matrimonio se tenía que realizar por un acuerdo entre ambas familias y, aunque había dos hermanos que se asemejaban a la edad de la novia, tenía que contraer nupcias con el hermano mayor, el heredero, la futura cabeza de la familia y del imperio empresarial.

Durante años, aquellas familias se habían unido a través del matrimonio y a esa generación les correspondía a ellos dos, unir lazos. Pero la diferencia de edad era muy notable.

Jamás había visto a la novia. Si bien la familia era más o menos unida, eso era cuando ambas familias se asentaban en Italia, pero la de la novia llevaba un largo tiempo en San Francisco, Estados Unidos; ella había crecido en un internado, luego de que su madre falleciera cuando ella tan solo tenía tres años y su padre se volviera a casar un año después, teniendo así con su actual esposa dos hermosas niñas, las gemelas llamadas Olimpia y Darnelly, con quien no tenía contacto alguno, ya que creció en el internado y luego fue directo a la universidad.

Recién regresaba para casarse luego de pasar la mayor parte de su vida en Francia, regresaba a San Francisco para cumplir su deber como la mayor de la familia.

Los padres se encargaron de toda la organización de la boda, ninguno de los novios tuvo participación alguna en preparativos y demás, incluso el vestido fue elegido por su madrastra, así como la decoración y cada detalle.

La boda no se celebraría en Milán, pese a que ambas familias eran de allí, porque el padre de Chiara se negó, sin dar razón alguna.

Rosario no conocía mucho a su hijastra, pero se alegraba mucho que la decisión de su esposo haya sido enviarla a un internado desde la boda, porque ella no estaba segura de poder criar a la hija de otra mujer, por lo que fue lo mejor para ambas.

Rosario se casó a los veintidós años con el señor Moretti y desde entonces la mujer lo tenía en sus manos, era un hombre enamorado, al mismo tiempo controlado.

La vida de Chiara había sido tan diferente a la de sus hermanas.

Mientras las gemelas habían recibido todo el amor de su padre, ella solo recibió cheques, regalos pocos personales y una tarjeta en cada navidad cada año, junto con una foto familiar de su padre, sus hermanas y su madrastra.

Aquella sería la primera vez que los vería, se suponía que mandarían a buscarla al aeropuerto, pero no fue así. Tampoco dijeron si no llegarían y ella no se cansaba de llamar, en espera de una respuesta, por lo que solo le quedaba esperar.

El cielo se tiñó rápidamente de negro y en un segundo comenzó a llover. Las lágrimas brotaron de sus ojos al darse cuenta de que su padre llevaba más de quince años sin verla en persona y aún así no era capaz de estar allí para recogerla en el aeropuerto. Sabía la dirección de la casa, no le quedaría más remedio que tomar un taxi.

Tomar un taxi era lo de menos, lo que le dolía realmente era estar allí sola, confirmando lo que siempre había sabido, allí nadie la quería, su padre no la amaba, la única esperanza que tenía era poder formar una familia con el heredero Queen, entablar lazos con él y ser una buena esposa para lograr que surja el amor entre ambos.

Anhelaba una familia, necesitaba una familia, afecto, amor. Y confiaba en que, a pesar de que no era una alianza por amor, que su esposo la recibiera con cariño y ambos convirtieran aquel compromiso en algo hermoso, real y de los dos.

Chiara era muy soñadora, a veces entraba en un mundo mágico que creaba su mente, donde era querida por muchas personas y la llenaban de amor, porque su realidad había sido muy diferente a eso. No lograba recordar el nombre de su madre, mucho menos su rostro y desde niña siempre que lloraba tan solo había una voz fuerte y autoritaria que le ordenaba silencio y si no lo hacía recibía un castigo.

Necesitaba un abrazo, alguien que le dijera que las cosas iban a salir bien, aunque eso fuera mentira.

La lluvia la empapaba y eso a ella no le importaba, su pecho dolía con cada lágrima y cada minuto que pasaba.

De pronto, el agua dejó de caer y ella miró hacia el cielo, notando que sobre su cabeza había un paraguas blanco que la cubría del agua.

Se dio la vuelta para ver quien era el dueño o la dueña del paraguas.

Chiara se encontró con unos enormes ojos grises oscuros que la miraban con intensidad.

—¿No te das cuenta de que llueve? —preguntó aquella voz, fuerte, clara y autoritaria.

—No tenía paraguas—respondió Chiara, encerrada en la mirada del hombre, en su barba prominente o el lunar que tenía en su nariz.

—Pudiste haber entrado—le reclamaba, como si realmente le importara si ella se mojaba o no. La sujetó del brazo y la llevó hasta la puerta del aeropuerto, dejándola dentro mientras Chiara sujetaba su maleta y clavaba los ojos en ese hombre.

—¡Muchas gracias! —gritó ella, viendo como él se marchaba hacia un taxi que acababa de llegar.

El teléfono de Chiara comenzó a sonar y al responder se dio cuenta de que era su padre, pero ese número no lo tenía registrado.

—Álvaro va llegando para recogerte—dijo la voz de su padre, ese era el nombre del chofer—. Estaba con Olimpia en otro lado, por eso había tardado.

—No te preocupes, padre. Voy a tomar un taxi.

—Entonces haberlo dicho antes, Chiara. El chofer va en camino, no te muevas de allí.

Pasó media hora, hasta que el chofer llegó, para entonces ya no llovía.

Ella se acercó de manera tímida, dejando que el chofer entrara la maleta, empapada subió al coche, notando la presencia de alguien más.

Su hermana, pero no podría decir cuál de las dos. Olimpia y Darnelly eran gemelas idénticas, por lo que Chiara no sabría reconocerla. De todos modos, solo las había visto por fotos.

—¡Estás mojada! No te atrevas acercarte a mí—gritó la joven a su lado, empujando a Chiara con las manos. Tan solo tenía cinco años menos que Chiara, pero la joven sentada a su lado era toda una mujer. Su cabello era castaño, tenía ojos verdes y un rostro muy hermoso, el escote dejaba ver la mayor parte de sus senos y aquel vestido era tan corto que Chiara juraba que vio su ropa interior.

En su pecho, Chiara estaba feliz de poder ver a su hermana en persona, conocerla, pero la joven la ignoraba completamente, sumergida en la pantalla de su teléfono.

—¿Eres… Darnelly u Olimpia? —preguntó Chiara de manera tímida.

—¿Y a ti quien dijo que podías hablarme? ¿Acaso me conoces? No te interesa saber quién soy y a mí no me interesa quién eres tú.

—Soy Chiara, tu hermana—la risa que soltó la joven ofendió a Chiara, y ya no volvió a dirigirle la palabra.

Al llegar a casa, la señora Rosario esperaba en la puerta recibiendo con un abrazo a su hija y entrando enseguida, sin esperar para saludar a Chiara o darle la bienvenida al país, a su casa.

Chiara vio aquel rostro que ahora le daba la espalda, y no sintió ninguna calidez de parte de ella. Había una muralla helada, cargada de rechazo.

Cuando entró a la casa, no lograba ni recordar las escaleras, pues partió muy pequeña de aquel lugar, miró hacia los lados para ver si su padre estaba allí, pero lo único que había era una mujer de mediana edad con un uniforme blanco con negro que se acercó a ella.

—Bienvenida a casa, señorita.

—H-Hola. ¿Podría ver a mi padre? —Tenía un nudo en su voz, como si deseara llorar.

—Me temo que no, no se encuentra aquí, pero llegará para la cena. Está usted empapada, permítame ayudarla con el equipaje y mostrarle su habitación.

—Desde luego, muchas gracias—Lo primero que Chiara hizo fue ir hacia las escaleras, pero la mujer la detuvo.

—Señorita, no es por allí—dijo—. Su habitación está aquí abajo.

—Ah… Estoy un poco perdida, prácticamente esta es la primera vez que vengo aquí. Si estuve alguna vez, no logro recordarlo.

Chiara y la mujer del servicio cruzaron por la cocina, por el área de lavado, salieron al patio trasero y allí vieron la piscina, mientras Chiara se preguntaba a dónde la dirigía.

Al final del todo, había una descolorida puerta, incluso pequeña, que al abrirla dio paso a una pequeña, diminuta habitación, con una cama, un ventilador y un armario empotrado.

La casa era muy grande, podría tener al menos siete habitaciones tranquilamente, pero…¿le daban esa a Chiara? Aquello ni siquiera podía contar como algo parte de la casa.

La mujer la miró apenada, no era culpa de ella, esa había sido la orden que dio Rosario y así tenía que hacerlo la servidumbre.

—Es aquí.

—Oh…—Chiara no podría creérselo—. Muchas gracias por guiarme. ¿Cree que mi padre tardará en llegar?

—Un par de horas.

—Y, ¿sabe algo de mi prometido? La boda es mañana y me gustaría verlo hoy, pero no tengo la más mínima información, no quiero llegar al altar y conocer su cara ese día.

—Lo lamento, tan solo sé que su nombre es Davide Queen. A lo mejor encuentra algo de él en internet, puede que su rostro.

—Sí, ahora con su nombre será más fácil.

—Escuché que una de sus hermanas decía que era extremadamente guapo, debe ser cierto. —Chiara sonrió, imaginando su príncipe azul—. Mi nombre es Mildred, para lo que necesite estoy a un solo pasa.

Mildred se marchó, dejando a Chiara con un nudo en el estómago, mientras entendía perfectamente el mensaje que le daban con aquel recibimiento.

Allí no era bienvenida.

Últimos capítulos

Te podría gustar 😍

Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano

Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano

2.1m Vistas · En curso · Oguike Queeneth
—Estás tan mojada. —Me mordió la piel y me levantó para hundirme en su longitud.

—Vas a tomar cada pulgada de mí. —Susurró mientras empujaba hacia arriba.

—Joder, te sientes tan jodidamente bien. ¿Es esto lo que querías, mi polla dentro de ti? —Preguntó, sabiendo que lo había estado tentando desde el principio.

—S..sí —jadeé.


Brianna Fletcher había estado huyendo de hombres peligrosos toda su vida, pero cuando tuvo la oportunidad de quedarse con su hermano mayor después de graduarse, allí conoció al más peligroso de todos. El mejor amigo de su hermano, un Don de la mafia. Él irradiaba peligro, pero ella no podía mantenerse alejada.

Él sabe que la hermanita de su mejor amigo está fuera de límites y, sin embargo, no podía dejar de pensar en ella.

¿Podrán romper todas las reglas y encontrar consuelo en los brazos del otro?
Mi Luna Marcada

Mi Luna Marcada

746.9k Vistas · Completado · Sunshine Princess
—¿Vas a seguir desobedeciéndome? —pregunta, su mirada fría y dura.
—Sí.
Exhala, levanta su mano y la baja para abofetear mi trasero desnudo de nuevo... más fuerte que antes. Gimo por el impacto. Duele, pero es tan excitante y sexy.
—¿Lo harás de nuevo?
—No.
—¿No, qué?
—No, Señor.
—Buena chica —acerca sus labios para besar mi trasero mientras lo acaricia suavemente—.
—Ahora, voy a follarte —me sienta en su regazo en una posición de monta. Nos miramos a los ojos. Sus largos dedos encuentran el camino hacia mi entrada e insertan sus dedos.
—Estás empapada por mí, nena —dice complacido. Mueve sus dedos dentro y fuera, haciéndome gemir de placer.
—Hmm —pero de repente, se van. Lloro mientras deja mi cuerpo ansiando por él. Cambia nuestra posición en un segundo, así que estoy debajo de él. Mi respiración es superficial y mis sentidos incoherentes mientras anticipo su dureza en mí. La sensación es fantástica.
—Por favor —suplico. Lo quiero. Lo necesito tanto.
—Entonces, ¿cómo te gustaría venirte, nena? —susurra.
¡Oh, diosa!


La vida de Apphia es dura, desde ser maltratada por los miembros de su manada hasta que su compañero la rechaza brutalmente. Está sola. Golpeada en una noche difícil, conoce a su segunda oportunidad de compañero, el poderoso y peligroso Alfa Lycan, y vaya que le espera la aventura de su vida. Sin embargo, todo se complica cuando descubre que no es una loba común. Atormentada por la amenaza a su vida, Apphia no tiene otra opción que enfrentar sus miedos. ¿Podrá Apphia derrotar la iniquidad que amenaza su vida y finalmente ser feliz con su compañero? Sigue para más.
Advertencia: Contenido maduro.
El Deseo Prohibido del Rey Licántropo

El Deseo Prohibido del Rey Licántropo

1.1m Vistas · En curso · Esther Olabamidele
—Mátala y quema su cuerpo.

Esas palabras salieron cruelmente de la lengua de mi destinado—MI COMPAÑERO.

Él robó mi inocencia, me rechazó, me apuñaló y ordenó que me mataran en nuestra noche de bodas. Perdí a mi loba, dejada en un reino cruel para soportar el dolor sola...

Pero mi vida dio un giro esa noche—un giro que me arrastró al peor infierno posible.

Un momento, era la heredera de mi manada, y al siguiente—era una esclava del despiadado Rey Lycan, que estaba al borde de perder la cordura...

Frío.

Mortal.

Implacable.

Su presencia era el infierno mismo.

Su nombre un susurro de terror.

Juró que yo era suya, deseada por su bestia; para satisfacerlo incluso si me rompe

Ahora, atrapada en su mundo dominante, debo sobrevivir a las oscuras garras del Rey que me tenía bajo su control.

Sin embargo, dentro de esta oscura realidad, yace un destino primitivo....
De Mejor Amigo a Prometido

De Mejor Amigo a Prometido

692.3k Vistas · En curso · Page Hunter
Savannah Hart pensó que había superado a Dean Archer —hasta que su hermana, Chloe, anunció que se casaba con él. El mismo hombre que Savannah nunca dejó de amar. El hombre que la dejó con el corazón roto… y que ahora pertenece a su hermana.

Una semana de boda en New Hope. Una mansión llena de invitados. Y una dama de honor muy resentida.

Para sobrevivir, Savannah lleva una cita —su encantador y pulcro mejor amigo, Roman Blackwood. El único hombre que siempre la ha apoyado. Le debe un favor, y fingir ser su prometido? Fácil.

Hasta que los besos falsos empiezan a sentirse reales.

Ahora Savannah está dividida entre mantener la farsa… o arriesgarlo todo por el único hombre del que nunca debió enamorarse.
Dura en Disfraz

Dura en Disfraz

1.5m Vistas · Completado · Sherry
—Todos fuera—ordené entre dientes—. Ahora.

—Jade, necesito revisar tu—comenzó la enfermera.

—¡FUERA!—gruñí con tanta fuerza que ambas mujeres retrocedieron hacia la puerta.

Una vez temida por la Organización Sombra que me drogó para replicar mis habilidades en una versión más controlable, había escapado de mis ataduras y detonado toda su instalación, lista para morir junto a mis captores.

En cambio, desperté en la enfermería de una escuela con mujeres discutiendo a mi alrededor, sus voces perforando mi cráneo. Mi estallido las congeló de shock—claramente no esperaban tal reacción. Una mujer amenazó mientras se iba—Discutiremos esta actitud cuando llegues a casa.

La amarga verdad es que he renacido en el cuerpo de una chica de secundaria con sobrepeso, débil y supuestamente tonta. Su vida está llena de acosadores y verdugos que han hecho su existencia miserable.

Pero no tienen idea de con quién están tratando ahora.

No sobreviví como la asesina más letal del mundo permitiendo que alguien me pisoteara. Y ciertamente no voy a empezar ahora.
Yo y Mi Esposo Multimillonario

Yo y Mi Esposo Multimillonario

580.5k Vistas · Completado · Jady-J
Aurora, una vez conocida como la mejor asesina, renace en la familia Pendleton como la hija menos favorecida y más ridiculizada. ¿Sobrepeso? No hay problema, ¡nunca es tarde para perder peso! ¿Débil e impotente? No te preocupes, ¡nunca es tarde para levantarse! ¿Tímida y fácilmente acosada? No importa, ¡ahora es el momento de transformarse en una reina astuta!
Después de lidiar con hombres indignos y mujeres despreciables, Aurora está lista para vivir su vida libremente y sin disculpas. Pero el distante y misterioso Heath se acerca con una pregunta que lo cambia todo:
—¿Cuándo nos casamos?
La Cachorra del Príncipe Licántropo

La Cachorra del Príncipe Licántropo

5.3m Vistas · En curso · chavontheauthor
—Eres mía, cachorrita—gruñó Kylan contra mi cuello.
—Pronto estarás rogándome. Y cuando lo hagas—te usaré como me plazca, y luego te rechazaré.



Cuando Violet Hastings comienza su primer año en la Academia de Cambiantes Starlight, solo quiere dos cosas: honrar el legado de su madre convirtiéndose en una sanadora hábil para su manada y pasar por la academia sin que nadie la llame rara por su extraña condición ocular.

Las cosas toman un giro dramático cuando descubre que Kylan, el arrogante heredero al trono de los Licántropos que ha hecho su vida miserable desde el momento en que se conocieron, es su compañero.

Kylan, conocido por su personalidad fría y sus maneras crueles, está lejos de estar contento. Se niega a aceptar a Violet como su compañera, pero tampoco quiere rechazarla. En cambio, la ve como su cachorrita y está decidido a hacer su vida aún más un infierno.

Como si lidiar con el tormento de Kylan no fuera suficiente, Violet comienza a descubrir secretos sobre su pasado que cambian todo lo que pensaba que sabía. ¿De dónde viene realmente? ¿Cuál es el secreto detrás de sus ojos? ¿Y ha sido toda su vida una mentira?
Perfecto bastardo

Perfecto bastardo

5.8m Vistas · En curso · Mary D. Sant
Él levantó mis brazos, inmovilizando mis manos sobre mi cabeza.

—Dime que no te acostaste con él, maldita sea —exigió entre dientes apretados.

—¡Vete al diablo, hijo de puta! —le respondí, intentando liberarme.

—¡Dilo! —gruñó, usando una mano para sujetar mi barbilla.

—¿Crees que soy una zorra?

—¿Entonces es un no?

—¡Vete al infierno!

—Bien. Eso es todo lo que necesitaba escuchar —dijo, levantando mi top negro con una mano, exponiendo mis pechos y enviando una oleada de adrenalina a través de mi cuerpo.

—¿Qué demonios estás haciendo? —jadeé mientras él miraba mis pechos con una sonrisa satisfecha.

Pasó un dedo sobre una de las marcas que había dejado justo debajo de uno de mis pezones.

¿El bastardo estaba admirando las marcas que me había dejado?

—Envuélveme con tus piernas —ordenó.

Se inclinó lo suficiente como para tomar mi pecho en su boca, chupando con fuerza un pezón. Me mordí el labio inferior para ahogar un gemido mientras él mordía, haciéndome arquear el pecho hacia él.

—Voy a soltar tus manos; no te atrevas a intentar detenerme.



Bastardo, arrogante y completamente irresistible, el tipo exacto de hombre con el que Ellie juró que nunca volvería a involucrarse. Pero cuando el hermano de su amiga regresa a la ciudad, se encuentra peligrosamente cerca de sucumbir a sus deseos más salvajes.

Ella es irritante, inteligente, sexy, completamente loca, y también está volviendo loco a Ethan Morgan.

Lo que comenzó como un simple juego ahora lo atormenta. No puede sacarla de su cabeza, pero nunca permitirá que nadie entre en su corazón de nuevo.

Incluso cuando ambos luchan con todas sus fuerzas contra esta ardiente atracción, ¿podrán resistirse?
Placeres culposos

Placeres culposos

640.7k Vistas · En curso · Isabella
—¡Joder! Que apretada estás …— Espeto agitado por atravesarme con su 18 cm. Mientras yo me mantengo calmada, suficientemente mojada y excitada para soportarlo.— ¡Oh, demonios! Eres señorita, eso sí que es una sorpresa bomboncito, pero no te preocupes, lo haré inolvidable.


¿Todo ha sido un error? ¿O quizás solo parte del destino? La ida por un vaso de agua, resultó en el inicio de un deseo culposo con consecuencias irreversibles.

Soy Erika Martín de 21 años, soy una latina, proveniente de Venezuela, me mudé de mi país buscando el sueño Americano ante una oportunidad de empleo como servicio doméstico en la mansión uzcategui, sin saber que mi destino cambiaría por completo, al conocer a Alejandro Uzcategui, el heredero y magnate de negocios más prestigioso dela ciudad, con una ciudad tan grande y él puso sus ojos en mi, su humilde y tímida empleada, que no sabe decirle que no, todo con él era perfecto, pero él tiene dos grandes defectos, es casado y jodidamente posesivo, me llama bomboncito y me reclama como suya. Estoy locamente enamorada de él y temo por la repercusiones de lo que vendrá, ya que se que no me dejará escapar, menos cuando sepa mi gran secreto.
Accardi

Accardi

429.3k Vistas · Completado · Allison Franklin
Él bajó sus labios hasta su oído.

—Te costará algo —susurró antes de tirar de su lóbulo con los dientes.

Sus rodillas temblaron y, si no fuera por su agarre en su cadera, habría caído. Él empujó su rodilla entre sus muslos como un soporte secundario en caso de que decidiera necesitar sus manos en otro lugar.

—¿Qué quieres? —preguntó ella.

Sus labios rozaron su cuello y ella gimió mientras el placer que sus labios provocaban se hundía entre sus piernas.

—Tu nombre —exhaló él—. Tu verdadero nombre.

—¿Por qué es importante? —preguntó ella, revelando por primera vez que su corazonada era correcta.

Él se rió contra su clavícula.

—Para saber qué nombre gritar cuando vuelva a entrar en ti.


Genevieve pierde una apuesta que no puede pagar. Como compromiso, acepta convencer a cualquier hombre que su oponente elija para que se vaya a casa con ella esa noche. Lo que no se da cuenta cuando el amigo de su hermana señala al hombre taciturno sentado solo en el bar, es que ese hombre no se conformará con solo una noche con ella. No, Matteo Accardi, Don de una de las pandillas más grandes de la ciudad de Nueva York, no hace encuentros de una sola noche. No con ella, de todos modos.
La Pequeña Pareja de Alfa Nicholas

La Pequeña Pareja de Alfa Nicholas

340.3k Vistas · En curso · Becky j
—¡El compañero está aquí!
¿Qué? No—espera… oh Diosa Luna, no.
Por favor, dime que estás bromeando, Lex.
Pero no lo está. Puedo sentir su emoción burbujeando bajo mi piel, mientras que todo lo que siento es pavor.
Doblamos la esquina y el aroma me golpea como un puñetazo en el pecho—canela y algo increíblemente cálido. Mis ojos recorren la habitación hasta que se posan en él. Alto. Imponente. Hermoso.
Y luego, tan rápido como… me ve.
Su expresión se tuerce.
—Joder, no.
Se da vuelta—y corre.
Mi compañero me ve y corre.

Bonnie ha pasado toda su vida siendo destruida y abusada por las personas más cercanas a ella, incluida su propia hermana gemela. Junto a su mejor amiga Lilly, que también vive una vida de infierno, planean escapar mientras asisten al baile más grande del año que está siendo organizado por otra manada, solo que las cosas no salen como planeaban, dejando a ambas chicas sintiéndose perdidas e inseguras sobre su futuro.

El Alfa Nicholas tiene 28 años, sin compañera, y no tiene planes de cambiar eso. Este año le toca organizar el Baile Anual de la Luna Azul y lo último que espera es encontrar a su compañera. Lo que espera aún menos es que su compañera sea 10 años menor que él y cómo su cuerpo reacciona ante ella. Mientras intenta negarse a reconocer que ha encontrado a su compañera, su mundo se pone patas arriba después de que los guardias atrapan a dos lobas corriendo por sus tierras.

Una vez que las traen ante él, se encuentra nuevamente frente a su compañera y descubre que ella esconde secretos que lo harán querer matar a más de una persona.
¿Podrá superar sus sentimientos hacia tener una compañera y una que es tan joven? ¿Su compañera lo querrá después de sentir el dolor de su rechazo no oficial? ¿Podrán ambos trabajar en dejar atrás el pasado y avanzar juntos o tendrá el destino otros planes y los mantendrá separados?
Le Di una Bofetada a Mi Prometido—Luego Me Casé con su Némesis Multimillonario

Le Di una Bofetada a Mi Prometido—Luego Me Casé con su Némesis Multimillonario

311.8k Vistas · En curso · Jessica C. Dolan
Ser el segundo mejor está prácticamente en mi ADN. Mi hermana recibió el amor, la atención, el protagonismo. Y ahora, incluso su maldito prometido.

Técnicamente, Rhys Granger era mi prometido ahora—millonario, increíblemente atractivo y un sueño húmedo de Wall Street. Mis padres me empujaron hacia el compromiso después de que Catherine desapareciera, y honestamente? No me importó. Había estado enamorada de Rhys durante años. Esta era mi oportunidad, ¿verdad? ¿Mi turno de ser la elegida?

Error.

Una noche, me abofeteó. Por una taza. Una estúpida, rota y fea taza que mi hermana le dio hace años. Fue entonces cuando me di cuenta—él no me amaba. Ni siquiera me veía. Solo era un reemplazo cálido para la mujer que realmente quería. Y aparentemente, ni siquiera valía tanto como una taza de café glorificada.

Así que lo abofeteé de vuelta, lo dejé y me preparé para el desastre—mis padres perdiendo la cabeza, Rhys teniendo una rabieta de millonario, su aterradora familia planeando mi prematura desaparición.

Obviamente, necesitaba alcohol. Mucho alcohol.

Entra él.

Alto, peligroso, injustamente atractivo. El tipo de hombre que te hace querer pecar solo por existir. Lo había conocido solo una vez antes, y esa noche, él simplemente estaba en el mismo bar que mi yo borracha y compadeciéndose de sí misma. Así que hice lo único lógico: lo arrastré a una habitación de hotel y le arranqué la ropa.

Fue imprudente. Fue estúpido. Fue completamente desaconsejado.

Pero también fue: El. Mejor. Sexo. De. Mi. Vida.

Y, como resultó, la mejor decisión que había tomado.

Porque mi aventura de una noche no es solo un tipo cualquiera. Es más rico que Rhys, más poderoso que toda mi familia, y definitivamente más peligroso de lo que debería estar jugando.

Y ahora, él no me va a dejar ir.