56. Eso, eso de ahí es mío.

—¿Podemos sentarnos y hablar, por favor? —La expresión en su rostro gritaba miseria. Si la Reina no conociera tan bien a su compañero, sospecharía que sus emociones eran una actuación. Sin embargo, lo que caracterizaba a Eros era que no solía mostrar lo que sentía si alguien más, aparte de sus hijos...