NovelaGO
No puedo dejar de amarte

No puedo dejar de amarte

melekmalfoycarvajal · En curso · 38.8k Palabras

389
Tendencia
389
Vistas
0
Agregado
Agregar a estante
Comenzar a leer
Compartir:facebooktwitterpinterestwhatsappreddit

Introducción

Catalina Salgado, es abogada de una prestigiosa empresa y a pesar de su buen salario, su condición económica es pésima, ya que su madre padece de la enfermedad de Pompe y todo lo que gana no le alcanza para costear tan costosos tratamientos.

Acorralada por su situación, comienza a trabajar por las noches como dama de compañia en un club nocturno, teniendo que entregar su virginidad a un desconocido por dinero. Sin embargo, cuando descubre que ese desconocido al que se entrega noche tras noche es Erick Montenegro, su jefe y el hombre al cual ama en silencio, todo su mundo se desmorona.

Capítulo 1

Catalina estaba sentada tras su escritorio, tratando de concentrarse en los contratos que debía revisar. Pero el agotamiento superaba el sentido de la responsabilidad. El último mes había trabajado más de la cuenta y su cuerpo comenzaba a pasar factura. Necesitaba un café, y uno bien cargado que le ayudara a despertar.

Estaba a punto de ponerse de pie, cuando Juana Valenzuela apareció en su campo visual. Catalina alzó la mirada y suspiró con amarga resignación. La presencia de Juana Valenzuela significaba una cosa, problemas.

—Ignacio quiere verte, en la sala de juntas ahora mismo—. Mencionó la rubia con prepotencia.

Catalina apretó los puños, deseaba gritarle unas cuantas cosas, pero optó por callar. Lo que menos necesitaba en ese momento era generar un conflicto.

Juana rió con burla. Se inclinó sobre el escritorio, dejando al descubierto el colgante de oro que Ignacio le había regalado en Ginebra. Todos en la empresa sabían lo que costaba esa joya. También sabían del tipo de favores que Juana le brindaba a Ignacio, el director de operaciones y el segundo al mando después de Erick Montenegro.

—¿Eres muda? ¿O te comieron la lengua los ratones? —Golpeó con su palma el escritorio de Catalina, ensanchando aún más su sonrisa al verla sobresaltarse.

—No soy muda—. Se levantó rápidamente de su escritorio.

Juana recorrió con un dedo el borde del escritorio, dibujando una carita feliz en el polvo invisible mientras una sonrisa macabra se instalaba en su rostro exageradamente maquillado.

—Como usted diga, señora abogada —el sarcasmo era evidente en su voz—. Yo que tú me apuro, mira que los jefes aya arriba están muy impacientes por tu presencia—.

Catalina contuvo las ganas de mandarla al demonio, simplemente pasó por el lado de Juana y se encaminó al ascensor. No sabía que estaba pasando ni por qué habían convocado esta junta, pero esperaba que nada malo hubiera pasado.

Ya en la sala de juntas, Catalina entró con cierta timidez. Estar frente a Erick Montenegro siempre era motivo para sentirse cohibida. El hombre no solo era su jefe, además, era jodidamente atractivo. Con su metro ochenta y cinco, su cuerpo esculpido, su piel pálida, su cabello negro desordenado y esos ojos negros en intensos que le hacían temblar las piernas a cualquiera.

Antes de que pudiera sentarse en su puesto, Ignacio Rojas, el jefe de operaciones la detuvo en seco.

—Hasta que la señora abogada se dignó a llegar —dijo el hombre, quién de reinos miró a su jefe, Erick Montenegro, en busca de aprobación.

Erick Montenegro, estaba sentado en la cabecera, con su mirada gélida fija en Catalina. El hombre tomó unos documentos y los agitó en su mano.

—Explica esto —le ordenó Montenegro, arrojando los documentos sobre la mesa—. O por primera vez en tu vida, no digas nada y lárgate.

Juana, ahora sentada en el lugar de Catalina, dejó escapar un suspiro de lástima fingida, mientras se miraba las uñas, como si fueran la cosa más interesante del mundo.

El aire en la sala de juntas se tornó tenso. Los ojos de Catalina se desplazaron entre los rostros fríos de la junta directiva, mientras sus labios temblaban intentando formar palabras coherentes, no deseaba desmoronarse frente a sus ojos. ¿Qué demonios estaba pasando?

—Yo… yo no… —tartamudeó, apretando el dossier contra su pecho como un escudo—. No entiendo que está pasando... No sé de qué se me acusa... —su labios inferior tembló y sus ojos se humedecieron.

Ignacio soltó una carcajada seca, inclinándose hacia delante con los codos sobre la mesa.

—¿Acaso no sabes lo que hiciste? ¡Te equivocaste con los malditos contratos! ¡Los números eran incorrectos, maldita sea!

—¿Qué? —Catalina retrocedió un par de pasos, observando a todos los presentes con horror.

Los murmullos crecieron. Uno de los accionistas, un hombre calvo con ojos de reptil, espetó:

—¿Qué clase de mujer estúpida eres? ¿Cómo puedes cometer un error de ese tipo?

Catalina sintió que las lágrimas quemaban sus párpados.

—He demostrado ser bastante profesional durante todo el tiempo que he trabajado aquí —susurró, pero su voz se quebró antes de terminar—. ¡No haría nada que pudiera perjudicar mi carrera o a la empresa!

—Basta de excusas —cortó otro directivo, golpeando la mesa—. Asume tu error.

Juana, reclinada en la silla de Catalina, jugueteaba con su colgante de oro mordiéndose la lengua para no decir nada.

¡Ella no había hecho nada de eso! La presión fue tal, que Catalina no pudo controlar el impulso de llorar, por más que intentó callar sus sollozos le resultó imposible.

—Dime, Ignacio... ¿cómo puedes estar tan seguro de esto? —Erick alzó una ceja mientras miraba al hombre.

—Señor, es evidente, está mujer es una inepta y buena para nada. Nadie más podría cometer un error de ese calibre.

—¿A sí? ¿Y tú te crees muy inteligente? —Una sonrisa se instaló en su rostro.

—Por supuesto señor, usted me conoce —dejó escapar una rosa tosca comenzando a sentirse nervioso.

Erick, completamente irritado, dió un brusco golpe en la mesa.

—¿Me quieres ver la cara de imbécil?—rugió, haciendo temblar los vasos de cristal.

El estruendo paralizó a todos. Erick se levantó, su mirada severa recorriendo la sala hasta clavarse en Antonio Sepúlveda, quien esperaba inmóvil junto a la puerta.

—Antonio.

El guardaespaldas le entregó un pendrive con las grabaciones de las cámaras de seguridad, donde claramente se veía a Ignacio cambiar los contratos de Catalina por otros mal hechos. —Acá están las grabaciones de vigilancia y se ve claramente quién es el responsable de esto, señor.

Ignacio palideció. ¿Como lo habían descubierto? —¡Señor, yo...!

—¡Cállate! No hay nada que explicar, trataste de perjudicar a la señorita Catalina Salgado y por ellos tendrás que pagar. ¡Además de que casi nos haces perder millones de dólares!

Ignacio se derrumbó de rodillas, suplicando piedad. Pero la piedad era algo que no encajaba en el diccionario de Erick Montenegro.

°°°

Catalina se sentía a punto de colapsar mientras caminaba por los pasillos del hospital, todo lo que había pasado en la empresa la tenía al límite. Acababa de salir del trabajo, por lo que deseaba ver a su madre aunque sea un instante, pero al llegar, la enfermera le informó que no recibiría visitas, Helena había decaído y fue trasladada a la UCI, ya que necesitaba ventilación mecánica.

—Quiero quedarme un rato con mamá, aunque sea fuera de la sala... esperaré al doctor para que me dé un seguimiento del tratamiento para luego regresar a casa—. Extrañaba tanto a su madre, sus consejos, sus abrazos, su incondicional apoyo.

°°°

Aquella mañana estaba particularmente fría y Catalina se encogía en el asiento del autobús mientras picoteaba migas de un insípido pan, el cual era todo su desayuno. No tenía apetito, en ese momento solo quería un abrazo, sintiéndose de pronto más sola que nunca.

Al llegar al conglomerado Montenegro, corrió rumbo al ascensor, tropezando de pronto cuando uno de los tacones de sus zapatos cedió y se rompió. No pudo mantener el equilibrio, pensando que caería apretó los ojos, de pronto, unos fuertes brazos la sostuvieron impidiéndole caer.

Cuando alzó la mirada se encontró con los ojos negros de Erick Montenegro, quién la miraba fijamente a los ojos, la preocupación era evidente en su rostro. "Huele tan jodidamente bien y es tan endemoniadamente atractivo" pensó Catalina, pero al recuperar la cordura se sintió avergonzada, por lo que se separó bruscamente de sus brazos y cojeando por el zapato roto se metió en el ascensor y cerró las puertas sin darle tiempo a su jefe de entrar.

Ya fue bastante humillación para recién comenzar la mañana.

Antonio, el guardaespaldas de Erick se puso a reír ante la escena.

—¿De que te ríes? —Preguntó Erick con tono brusco.

—De nada, señor —dijo rápidamente el guardaespaldas.

—Ve y consigue unos zapatos Luis Vuitton de tacón alto, número 38, que sean sobrios y elegantes—. Su mirada se mantenía fija en las puertas cerradas del ascensor.

—Si señor...

—Se los haces llegar a la señorita Catalina Salgado.

Sin más, se adentró en el ascensor cuando las puertas se volvieron a abrir.

Últimos capítulos

Te podría gustar 😍

Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano

Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano

2.1m Vistas · En curso · Oguike Queeneth
—Estás tan mojada. —Me mordió la piel y me levantó para hundirme en su longitud.

—Vas a tomar cada pulgada de mí. —Susurró mientras empujaba hacia arriba.

—Joder, te sientes tan jodidamente bien. ¿Es esto lo que querías, mi polla dentro de ti? —Preguntó, sabiendo que lo había estado tentando desde el principio.

—S..sí —jadeé.


Brianna Fletcher había estado huyendo de hombres peligrosos toda su vida, pero cuando tuvo la oportunidad de quedarse con su hermano mayor después de graduarse, allí conoció al más peligroso de todos. El mejor amigo de su hermano, un Don de la mafia. Él irradiaba peligro, pero ella no podía mantenerse alejada.

Él sabe que la hermanita de su mejor amigo está fuera de límites y, sin embargo, no podía dejar de pensar en ella.

¿Podrán romper todas las reglas y encontrar consuelo en los brazos del otro?
Mi Luna Marcada

Mi Luna Marcada

730.3k Vistas · Completado · Sunshine Princess
—¿Vas a seguir desobedeciéndome? —pregunta, su mirada fría y dura.
—Sí.
Exhala, levanta su mano y la baja para abofetear mi trasero desnudo de nuevo... más fuerte que antes. Gimo por el impacto. Duele, pero es tan excitante y sexy.
—¿Lo harás de nuevo?
—No.
—¿No, qué?
—No, Señor.
—Buena chica —acerca sus labios para besar mi trasero mientras lo acaricia suavemente—.
—Ahora, voy a follarte —me sienta en su regazo en una posición de monta. Nos miramos a los ojos. Sus largos dedos encuentran el camino hacia mi entrada e insertan sus dedos.
—Estás empapada por mí, nena —dice complacido. Mueve sus dedos dentro y fuera, haciéndome gemir de placer.
—Hmm —pero de repente, se van. Lloro mientras deja mi cuerpo ansiando por él. Cambia nuestra posición en un segundo, así que estoy debajo de él. Mi respiración es superficial y mis sentidos incoherentes mientras anticipo su dureza en mí. La sensación es fantástica.
—Por favor —suplico. Lo quiero. Lo necesito tanto.
—Entonces, ¿cómo te gustaría venirte, nena? —susurra.
¡Oh, diosa!


La vida de Apphia es dura, desde ser maltratada por los miembros de su manada hasta que su compañero la rechaza brutalmente. Está sola. Golpeada en una noche difícil, conoce a su segunda oportunidad de compañero, el poderoso y peligroso Alfa Lycan, y vaya que le espera la aventura de su vida. Sin embargo, todo se complica cuando descubre que no es una loba común. Atormentada por la amenaza a su vida, Apphia no tiene otra opción que enfrentar sus miedos. ¿Podrá Apphia derrotar la iniquidad que amenaza su vida y finalmente ser feliz con su compañero? Sigue para más.
Advertencia: Contenido maduro.
El Deseo Prohibido del Rey Licántropo

El Deseo Prohibido del Rey Licántropo

1.1m Vistas · En curso · Esther Olabamidele
—Mátala y quema su cuerpo.

Esas palabras salieron cruelmente de la lengua de mi destinado—MI COMPAÑERO.

Él robó mi inocencia, me rechazó, me apuñaló y ordenó que me mataran en nuestra noche de bodas. Perdí a mi loba, dejada en un reino cruel para soportar el dolor sola...

Pero mi vida dio un giro esa noche—un giro que me arrastró al peor infierno posible.

Un momento, era la heredera de mi manada, y al siguiente—era una esclava del despiadado Rey Lycan, que estaba al borde de perder la cordura...

Frío.

Mortal.

Implacable.

Su presencia era el infierno mismo.

Su nombre un susurro de terror.

Juró que yo era suya, deseada por su bestia; para satisfacerlo incluso si me rompe

Ahora, atrapada en su mundo dominante, debo sobrevivir a las oscuras garras del Rey que me tenía bajo su control.

Sin embargo, dentro de esta oscura realidad, yace un destino primitivo....
Dura en Disfraz

Dura en Disfraz

1.5m Vistas · Completado · Sherry
—Todos fuera—ordené entre dientes—. Ahora.

—Jade, necesito revisar tu—comenzó la enfermera.

—¡FUERA!—gruñí con tanta fuerza que ambas mujeres retrocedieron hacia la puerta.

Una vez temida por la Organización Sombra que me drogó para replicar mis habilidades en una versión más controlable, había escapado de mis ataduras y detonado toda su instalación, lista para morir junto a mis captores.

En cambio, desperté en la enfermería de una escuela con mujeres discutiendo a mi alrededor, sus voces perforando mi cráneo. Mi estallido las congeló de shock—claramente no esperaban tal reacción. Una mujer amenazó mientras se iba—Discutiremos esta actitud cuando llegues a casa.

La amarga verdad es que he renacido en el cuerpo de una chica de secundaria con sobrepeso, débil y supuestamente tonta. Su vida está llena de acosadores y verdugos que han hecho su existencia miserable.

Pero no tienen idea de con quién están tratando ahora.

No sobreviví como la asesina más letal del mundo permitiendo que alguien me pisoteara. Y ciertamente no voy a empezar ahora.
La Cachorra del Príncipe Licántropo

La Cachorra del Príncipe Licántropo

5.3m Vistas · En curso · chavontheauthor
—Eres mía, cachorrita—gruñó Kylan contra mi cuello.
—Pronto estarás rogándome. Y cuando lo hagas—te usaré como me plazca, y luego te rechazaré.



Cuando Violet Hastings comienza su primer año en la Academia de Cambiantes Starlight, solo quiere dos cosas: honrar el legado de su madre convirtiéndose en una sanadora hábil para su manada y pasar por la academia sin que nadie la llame rara por su extraña condición ocular.

Las cosas toman un giro dramático cuando descubre que Kylan, el arrogante heredero al trono de los Licántropos que ha hecho su vida miserable desde el momento en que se conocieron, es su compañero.

Kylan, conocido por su personalidad fría y sus maneras crueles, está lejos de estar contento. Se niega a aceptar a Violet como su compañera, pero tampoco quiere rechazarla. En cambio, la ve como su cachorrita y está decidido a hacer su vida aún más un infierno.

Como si lidiar con el tormento de Kylan no fuera suficiente, Violet comienza a descubrir secretos sobre su pasado que cambian todo lo que pensaba que sabía. ¿De dónde viene realmente? ¿Cuál es el secreto detrás de sus ojos? ¿Y ha sido toda su vida una mentira?
Yo y Mi Esposo Multimillonario

Yo y Mi Esposo Multimillonario

576.9k Vistas · Completado · Jady-J
Aurora, una vez conocida como la mejor asesina, renace en la familia Pendleton como la hija menos favorecida y más ridiculizada. ¿Sobrepeso? No hay problema, ¡nunca es tarde para perder peso! ¿Débil e impotente? No te preocupes, ¡nunca es tarde para levantarse! ¿Tímida y fácilmente acosada? No importa, ¡ahora es el momento de transformarse en una reina astuta!
Después de lidiar con hombres indignos y mujeres despreciables, Aurora está lista para vivir su vida libremente y sin disculpas. Pero el distante y misterioso Heath se acerca con una pregunta que lo cambia todo:
—¿Cuándo nos casamos?
De Mejor Amigo a Prometido

De Mejor Amigo a Prometido

627.7k Vistas · En curso · Page Hunter
Savannah Hart pensó que había superado a Dean Archer —hasta que su hermana, Chloe, anunció que se casaba con él. El mismo hombre que Savannah nunca dejó de amar. El hombre que la dejó con el corazón roto… y que ahora pertenece a su hermana.

Una semana de boda en New Hope. Una mansión llena de invitados. Y una dama de honor muy resentida.

Para sobrevivir, Savannah lleva una cita —su encantador y pulcro mejor amigo, Roman Blackwood. El único hombre que siempre la ha apoyado. Le debe un favor, y fingir ser su prometido? Fácil.

Hasta que los besos falsos empiezan a sentirse reales.

Ahora Savannah está dividida entre mantener la farsa… o arriesgarlo todo por el único hombre del que nunca debió enamorarse.
ESPOSA SUPLENTE DEL CEO

ESPOSA SUPLENTE DEL CEO

562k Vistas · Completado · Jhomairyn Castro
Sí, acepto su propuesta señor Harrison. Aquellas palabras terminarían por cambiar su vida.

Él, le ofrece un contrato matrimonial por dos años, pero ella... ella quiere un amor para siempre.

Gianna Santos, siempre ha sido buena, dulce y cariñosa, tiene grandes sueños en la vida, pero sin dudar, la mayor de sus aspiraciones es casarse con su novio y tener una vida tranquila, viajando al rededor del mundo, conociendo los lugares más exóticos junto al ser que ama. Gianna, tiene la sospecha de que pronto recibirá una propuesta de matrimonio, pero nada más alejado de la realidad, porque todo está por venirse abajo.

Alexander Harrison, es un reconocido empresario, famoso por ser tajante en los negocios, implacable director de Harrison Corporation, y el dueño del corazón de la hermosísima Adara Black, una despampanante modelo que ha logrado enamorarlo con su dulzura, encanto y sus maravillosas curvas.

El destino está por hacer de sus jugarretas, y juntar de manera inesperada, la vida de una huérfana que sufre y un CEO en apuros, con sed de venganza, ella necesita huir, él necesita una esposa, un contrato les dará la salida a sus problemas, dos años de matrimonio y luego el divorcio, pero, ¿Qué ocurrirá cuándo el amor traspase la frontera de los límites legales?, se supone que es un matrimonio con fecha de caducidad pero, Gianna quiere un amor para siempre, quiere decir; Sí, acepto, pero esta vez, para toda la vida.
Perfecto bastardo

Perfecto bastardo

5.8m Vistas · En curso · Mary D. Sant
Él levantó mis brazos, inmovilizando mis manos sobre mi cabeza.

—Dime que no te acostaste con él, maldita sea —exigió entre dientes apretados.

—¡Vete al diablo, hijo de puta! —le respondí, intentando liberarme.

—¡Dilo! —gruñó, usando una mano para sujetar mi barbilla.

—¿Crees que soy una zorra?

—¿Entonces es un no?

—¡Vete al infierno!

—Bien. Eso es todo lo que necesitaba escuchar —dijo, levantando mi top negro con una mano, exponiendo mis pechos y enviando una oleada de adrenalina a través de mi cuerpo.

—¿Qué demonios estás haciendo? —jadeé mientras él miraba mis pechos con una sonrisa satisfecha.

Pasó un dedo sobre una de las marcas que había dejado justo debajo de uno de mis pezones.

¿El bastardo estaba admirando las marcas que me había dejado?

—Envuélveme con tus piernas —ordenó.

Se inclinó lo suficiente como para tomar mi pecho en su boca, chupando con fuerza un pezón. Me mordí el labio inferior para ahogar un gemido mientras él mordía, haciéndome arquear el pecho hacia él.

—Voy a soltar tus manos; no te atrevas a intentar detenerme.



Bastardo, arrogante y completamente irresistible, el tipo exacto de hombre con el que Ellie juró que nunca volvería a involucrarse. Pero cuando el hermano de su amiga regresa a la ciudad, se encuentra peligrosamente cerca de sucumbir a sus deseos más salvajes.

Ella es irritante, inteligente, sexy, completamente loca, y también está volviendo loco a Ethan Morgan.

Lo que comenzó como un simple juego ahora lo atormenta. No puede sacarla de su cabeza, pero nunca permitirá que nadie entre en su corazón de nuevo.

Incluso cuando ambos luchan con todas sus fuerzas contra esta ardiente atracción, ¿podrán resistirse?
Placeres culposos

Placeres culposos

616.9k Vistas · En curso · Isabella
—¡Joder! Que apretada estás …— Espeto agitado por atravesarme con su 18 cm. Mientras yo me mantengo calmada, suficientemente mojada y excitada para soportarlo.— ¡Oh, demonios! Eres señorita, eso sí que es una sorpresa bomboncito, pero no te preocupes, lo haré inolvidable.


¿Todo ha sido un error? ¿O quizás solo parte del destino? La ida por un vaso de agua, resultó en el inicio de un deseo culposo con consecuencias irreversibles.

Soy Erika Martín de 21 años, soy una latina, proveniente de Venezuela, me mudé de mi país buscando el sueño Americano ante una oportunidad de empleo como servicio doméstico en la mansión uzcategui, sin saber que mi destino cambiaría por completo, al conocer a Alejandro Uzcategui, el heredero y magnate de negocios más prestigioso dela ciudad, con una ciudad tan grande y él puso sus ojos en mi, su humilde y tímida empleada, que no sabe decirle que no, todo con él era perfecto, pero él tiene dos grandes defectos, es casado y jodidamente posesivo, me llama bomboncito y me reclama como suya. Estoy locamente enamorada de él y temo por la repercusiones de lo que vendrá, ya que se que no me dejará escapar, menos cuando sepa mi gran secreto.
Accardi

Accardi

420.3k Vistas · Completado · Allison Franklin
Él bajó sus labios hasta su oído.

—Te costará algo —susurró antes de tirar de su lóbulo con los dientes.

Sus rodillas temblaron y, si no fuera por su agarre en su cadera, habría caído. Él empujó su rodilla entre sus muslos como un soporte secundario en caso de que decidiera necesitar sus manos en otro lugar.

—¿Qué quieres? —preguntó ella.

Sus labios rozaron su cuello y ella gimió mientras el placer que sus labios provocaban se hundía entre sus piernas.

—Tu nombre —exhaló él—. Tu verdadero nombre.

—¿Por qué es importante? —preguntó ella, revelando por primera vez que su corazonada era correcta.

Él se rió contra su clavícula.

—Para saber qué nombre gritar cuando vuelva a entrar en ti.


Genevieve pierde una apuesta que no puede pagar. Como compromiso, acepta convencer a cualquier hombre que su oponente elija para que se vaya a casa con ella esa noche. Lo que no se da cuenta cuando el amigo de su hermana señala al hombre taciturno sentado solo en el bar, es que ese hombre no se conformará con solo una noche con ella. No, Matteo Accardi, Don de una de las pandillas más grandes de la ciudad de Nueva York, no hace encuentros de una sola noche. No con ella, de todos modos.
La Pequeña Pareja de Alfa Nicholas

La Pequeña Pareja de Alfa Nicholas

314.9k Vistas · En curso · Becky j
—¡El compañero está aquí!
¿Qué? No—espera… oh Diosa Luna, no.
Por favor, dime que estás bromeando, Lex.
Pero no lo está. Puedo sentir su emoción burbujeando bajo mi piel, mientras que todo lo que siento es pavor.
Doblamos la esquina y el aroma me golpea como un puñetazo en el pecho—canela y algo increíblemente cálido. Mis ojos recorren la habitación hasta que se posan en él. Alto. Imponente. Hermoso.
Y luego, tan rápido como… me ve.
Su expresión se tuerce.
—Joder, no.
Se da vuelta—y corre.
Mi compañero me ve y corre.

Bonnie ha pasado toda su vida siendo destruida y abusada por las personas más cercanas a ella, incluida su propia hermana gemela. Junto a su mejor amiga Lilly, que también vive una vida de infierno, planean escapar mientras asisten al baile más grande del año que está siendo organizado por otra manada, solo que las cosas no salen como planeaban, dejando a ambas chicas sintiéndose perdidas e inseguras sobre su futuro.

El Alfa Nicholas tiene 28 años, sin compañera, y no tiene planes de cambiar eso. Este año le toca organizar el Baile Anual de la Luna Azul y lo último que espera es encontrar a su compañera. Lo que espera aún menos es que su compañera sea 10 años menor que él y cómo su cuerpo reacciona ante ella. Mientras intenta negarse a reconocer que ha encontrado a su compañera, su mundo se pone patas arriba después de que los guardias atrapan a dos lobas corriendo por sus tierras.

Una vez que las traen ante él, se encuentra nuevamente frente a su compañera y descubre que ella esconde secretos que lo harán querer matar a más de una persona.
¿Podrá superar sus sentimientos hacia tener una compañera y una que es tan joven? ¿Su compañera lo querrá después de sentir el dolor de su rechazo no oficial? ¿Podrán ambos trabajar en dejar atrás el pasado y avanzar juntos o tendrá el destino otros planes y los mantendrá separados?