
Secuestrada al nacer
Francis Mercedes Camacho Gaona · Completado · 122.4k Palabras
Introducción
Capítulo 1
Los gritos intensos de Beatriz se escuchaban por toda la casa, el día tan esperado había llegado y de un momento a otro ella había roto fuente, el líquido amniótico caliente se le deslizaba por sus piernas, era una sensación de angustia y desespero porque aún estaba en casa y se había adelantado su trabajo de parto, siendo una joven de veinte años y primeriza, ella corrió a la sala en donde se encontraba su esposo, los nervios de la emoción y el miedo invaden su cálida voz
-Roberto, Roberto amor llévame en este preciso instante al hospital, he roto fuente-
Roberto quien estaba sumergido entre los documentos de la empresa que sería heredada próximamente, solo pudo mirar a su esposa con angustia y desesperación, aún no era el momento.
-¿Dónde está la pañalera? Espera un momento ya regreso-
El hombre corrió en busca de las pertenencias de su mujer y su pequeña.
Beatriz tenía fecha de parto para dentro de dos semanas, y como toda primeriza se sentía nerviosa, la pequeña dentro de ella ya estaba anunciando su llegada, ellos corrieron al pequeño auto que habían comprado con sus pocos ahorros, ella provenía de una gran familia y un apellido respetable, pero al verse envuelta en un amorío con un chico de una clase baja, su familia al enterarse que ella estaba embarazada, la hecha a la calle y cancelaron todas tus tarjetas bancarias, al igual que le cerraron las puertas de la universidad, ellos estaban luchando en contra de la marea y de todos los obstáculos que la familia Domínico les estaban colocando en su camino, la familia deseaba a toda costa que ella sufriera la penurias de la vida al lado del hombre que tanto amaba, al punto de regresar a casa y dejarlo abandonado, pero aunque ellos vivían medidos con sus gastos, la chica soporto sus nueve meses apoyando a su esposo.
Por suerte ellos compartían una amiga que trabajaba en un hospital público y le había conseguido un cupo para ella ser atendida, ahora con el parto adelantado, ellos debían esperar que su atención fuese al azar, nunca se podría saber en qué momento sería su turno, como en cualquier lugar, no faltaban las personas que tenían preferencias al pagar un soborno, este no era el caso de Beatriz, a ella le tocaría esperar como las demás mujeres que estaban en su situación.
Al llegar al hospital los dolores de Beatriz cada vez eran más intensos, pero ver que tenía diez mujeres en el mismo estado que ella por delante, le preocupó aún más y sus nervios eran notorios.
-Amor, tengo miedo de perder a mi hija, mira a esas mujeres sufriendo del dolor y aun así no son atendidas-
-No te preocupes mi vida, saldremos adelante, Dios está de nuestro lado y serás atendida pronto-
-Deberíamos llamar a mis padres, ellos podrían apiadarse de nosotros y ayudarnos-
Roberto se sintió mal al escuchar las palabras de su esposa, ellos eran unos chiquillos y él no había podido darle una vida digna, vivían en una casa alquilada y toda su fe estaba puesta en esa empresa que estaba en bancarrota, pero él aun así la quería sacar adelante para poder cubrir las necesidades y dar lo que ella se merece junto a su hija.
Se arrodillo frente a su esposa para poder conversar.
-Ellos podrían ayudarnos, pero sabes cuál fue la condición, si debo sacrificar mi posición como padre para que mi hija sea atendida, pues lo haré- los ojos de Roberto desbordan tristeza.
Ella entendió fácilmente las palabras de su esposo y no, ellos eran una pequeña familia y lucharán hasta el final, no dejaría de apoyarlo, ella lo amaba intensamente y era un hombre respetuoso y ejemplar, siempre se lo demostró.
-No debí ni pensarlo, ellos no me aman de verdad, quédate aquí conmigo y acompáñame, perdona mis palabras fuera de lugar-
Los dolores de la mujer iban y venían, no era más que una jovencita aprendiendo a ser adulta, Beatriz había estado comprometida con un joven un poco mayor que ella, pero nunca estuvo de acuerdo con los tratos que hacían los mayores, ella desde un principio se negó, pero el poder de su prometido había sido tan grande, que él había conseguido poner a toda la familia Domínico en contra de ella, ahora no era más que un don nadie que absorbió el apellido de su esposo.
Ella aún seguía en la sala de emergencia, era tan fría como el invierno, entre sus intensos dolores y los escalofríos, sentía que no podía más, Roberto frotaba su cuerpo y le daba aliento.
Un guardia de seguridad estaba dando una ronda de rutina por las instalaciones, pero al ver al hombre junto a la mujer, no dudó en sacarlo de ahí.
-Joven buenas noches, debe desalojar el área, aquí solo pueden permanecer mujeres-
Roberto se levantó de la silla en donde estaba acompañando a su esposa, esperaba que el guardia se apiadara de él, y lo dejara ahí, por lo menos hasta que ella fuese atendida.
-Señor oficial, mi esposa tiene mucho dolor y está esperando ser atendida, además que tiene mucho frío, por favor déjeme estar aquí mientras la acompaño-
El guardia se enfocó en la paciente que temblaba del frio, la sala estaba full de mujeres en el mismo estado, las observó a todas y volvió a mirar a Beatriz.
-Señorita, ¿tiene mucho dolor? -
El hombre uniformado se acercó a Abigail y le toco su vientre, acción que hizo que ella sintiera un dolor más intenso, su hija se movió de manera repentina y dolorosa.
-Si, me duele mucho, creo que ya va a salir-
-Venga conmigo, la llevare para que la atiendan-
Roberto cogió la pañalera y se dispuso a caminar con el oficial que ayudaba a Beatriz, pero el guardia a ver que los seguía, no dudo en reprenderlo.
-Joven, por favor entrégame la pañalera, usted debe esperar a fuera del hospital, cuando la niña nazca una enfermera lo llamara para que la conozca-
Roberto le entregó la pañalera y vio como la espalda de su esposa desaparece por el pasillo, Beatriz camino junto al hombre, quien la condujo hasta una habitación y la acostó en una camilla.
El sería quien asistirá el parto de la mujer.
- ¿Qué haces? No eres médico-
-El médico ya vienes, debes relajarte-
Pero al ella sentirse en peligro y ver la mirada tenebrosa del hombre, sus dolores se intensificaron cada vez más, ella gritaba por los fuertes cólicos, el hombre se subió las mangas y se dispuso a ayudarlas, ella pujó en repetidas ocasiones hasta sentir que la pequeña ya venía saliendo, un llanto anunciando la llegada de una criatura al mundo invadió toda la habitación, el hombre se la colocó a un lado para que la besara y luego desaparición para más nunca volver.
Beatriz estaba débil y de repente cayó en un sueño profundo, ella solo pudo ver a su pequeña de cabellos dorados una vez en su vida, fue solo un instante.
Los médicos de guardia se percataron que había una mujer desangrándose en una habitación sola, el hombre, aunque había asistido el parto, él no era médico y no había tenido los cuidados adecuados, sin embargo, él había cortado el cordón umbilical correctamente.
Nadie sabía quién era la mujer que estaba tirada en esa cama de hospital, los médicos la atendieron de emergencia y la llevaron a una sala de recuperación.
Mientras tanto Roberto estaba afuera de las instalaciones preocupado, ya había amanecido, él tenía seis horas ahí y todavía no tenía respuestas de su mujer, así que decidió acercarse hasta la recepción del lugar.
-Buenos días Señorita, por favor podría darme información de mi esposa que entró en trabajo de parto anoche y aun no me han llamado-
La mujer delante de la pantalla volteo al verlo, mientras mastica goma de mascar de una manera desagradable, su mirada era de molestia al atender a casa persona que llega hasta ahí.
-¿Cuál es el nombre de su mujer?-
-Mi esposa Beatriz Montero- molesto.
La mujer lo miro y bajo sus gafas para buscar en el sistema el nombre de la paciente, pero era imposible conseguir su nombre por ningún lado.
-No hay ninguna paciente con ese nombre-
Roberto se imaginó lo peor, solo podía pensar en los Domínico sacando a su mujer del lugar, su desespero fue tan grande que él sintió morir y con agonía, intento entrar a las instalaciones a la fuerza, pero fue detenido por la policía que estaba presente por alguna razón que él desconocía.
Los médicos de guardia habían llamado a la policía, necesitaban reportar el caso que se estaba desarrollando arriba en las instalaciones del hospital.
Beatriz se había despertado y mientras miraba a su alrededor un poco desorientada, un médico se acercó a ella para revisar sus signos vitales.
Últimos capítulos
#103 Fin.
Última actualización: 2/24/2025#102 Cómplices de un recuerdo.
Última actualización: 2/24/2025#101 El bautizo.
Última actualización: 2/24/2025#100 Necesitada de amor y pasión.
Última actualización: 2/24/2025#99 Todo en su lugar.
Última actualización: 2/24/2025#98 La esperanza renace en el hospital.
Última actualización: 2/24/2025#97 Una nueva vida al mundo.
Última actualización: 2/24/2025#96 La felicidad del nacimiento.
Última actualización: 2/24/2025#95 "No dejare que te vayas"
Última actualización: 2/24/2025#94 "Celebración en familia"
Última actualización: 2/24/2025
Te podría gustar 😍
LA NIÑERA DEL ALFA.
A Lori Wyatt, una joven tímida y rota de veintidós años con un oscuro pasado, se le ofrece el trato de su vida cuando le piden que sea la niñera de una recién nacida que perdió a su madre en el parto. Lori acepta, ansiosa por alejarse de su pasado.
Gabriel Caine es el Alfa de la respetada manada Colmillo de Luna y el CEO de Caine Inc. Una noche de borrachera lleva al nacimiento de su hija y, tras la muerte de la madre, encuentra una niñera para ella. Cuando conoce a Lori, descubre que ella es su compañera y jura protegerla de sus enemigos.
La atracción instantánea entre ellos es inevitable. Lori, que cree no ser digna de amor, no puede explicar por qué el poderoso multimillonario la persigue, y Gabriel, completamente enamorado de ella, no sabe cómo ser totalmente honesto con Lori sobre su condición de hombre lobo.
El destino los ha unido y ahora deben luchar juntos por su amor, en medio de los conflictos entre manadas y los secretos que guarda el pasado de Lori.
¿Sobrevivirá su amor?
Perfecto bastardo
—Dime que no te acostaste con él, maldita sea —exigió entre dientes apretados.
—¡Vete al diablo, hijo de puta! —le respondí, intentando liberarme.
—¡Dilo! —gruñó, usando una mano para sujetar mi barbilla.
—¿Crees que soy una zorra?
—¿Entonces es un no?
—¡Vete al infierno!
—Bien. Eso es todo lo que necesitaba escuchar —dijo, levantando mi top negro con una mano, exponiendo mis pechos y enviando una oleada de adrenalina a través de mi cuerpo.
—¿Qué demonios estás haciendo? —jadeé mientras él miraba mis pechos con una sonrisa satisfecha.
Pasó un dedo sobre una de las marcas que había dejado justo debajo de uno de mis pezones.
¿El bastardo estaba admirando las marcas que me había dejado?
—Envuélveme con tus piernas —ordenó.
Se inclinó lo suficiente como para tomar mi pecho en su boca, chupando con fuerza un pezón. Me mordí el labio inferior para ahogar un gemido mientras él mordía, haciéndome arquear el pecho hacia él.
—Voy a soltar tus manos; no te atrevas a intentar detenerme.
Bastardo, arrogante y completamente irresistible, el tipo exacto de hombre con el que Ellie juró que nunca volvería a involucrarse. Pero cuando el hermano de su amiga regresa a la ciudad, se encuentra peligrosamente cerca de sucumbir a sus deseos más salvajes.
Ella es irritante, inteligente, sexy, completamente loca, y también está volviendo loco a Ethan Morgan.
Lo que comenzó como un simple juego ahora lo atormenta. No puede sacarla de su cabeza, pero nunca permitirá que nadie entre en su corazón de nuevo.
Incluso cuando ambos luchan con todas sus fuerzas contra esta ardiente atracción, ¿podrán resistirse?
Divórciame antes de que la Muerte me Lleve, CEO
Mi mano instintivamente se dirigió a mi estómago. —Entonces... ¿realmente se ha ido?
—Su cuerpo debilitado por el cáncer no puede soportar el embarazo. Tenemos que terminarlo, pronto —dice el doctor.
Después de la cirugía, ÉL apareció. —¡Audrey Sinclair! ¿Cómo te atreves a tomar esta decisión sin consultarme?
Quería desahogar mi dolor, sentir su abrazo. Pero cuando vi a la MUJER a su lado, me rendí.
Sin dudarlo, se fue con esa mujer "frágil". Esa clase de ternura, nunca la he sentido.
Sin embargo, ya no me importa porque no tengo nada ahora: mi hijo, mi amor, y hasta... mi vida.
Audrey Sinclair, una mujer pobre, se enamoró de un hombre del que no debía. Blake Parker, el multimillonario más poderoso de Nueva York, tiene todo lo que un hombre podría soñar: dinero, poder, influencia, excepto una cosa: no la ama.
Cinco años de amor no correspondido. Tres años de matrimonio secreto. Un diagnóstico que le deja tres meses de vida.
Cuando la estrella de Hollywood regresa de Europa, Audrey Sinclair sabe que es hora de terminar su matrimonio sin amor. Pero no entiende—si él no la ama, ¿por qué se negó cuando ella le propuso el divorcio? ¿Por qué la está torturando durante estos últimos tres meses de su vida?
A medida que el tiempo se escapa como arena entre los dedos, Audrey debe elegir: morir como la señora Parker, o vivir sus últimos días en libertad.
El Sucio Secreto de Mi Hermanastro Alfa
—Te quedaste ahí mirando cómo me acariciaba pensando en ti… y te gustó. ¿No es así?
—Estás mojada —gruñó él—. Solo por palabras. Solo porque dije tu nombre mientras terminaba.
Cuando Liana Rivers se acostó con su melancólico, dominante y peligrosamente irresistible hermanastro, Killian Wolfe, le entregó todo: su corazón, su cuerpo, su virginidad.
Pero cuando descubrió que estaba embarazada y se enteró de que él estaba comprometido con otra mujer, se fue en silencio, llevando un corazón destrozado y un bebé que él nunca conocería.
Ahora, siete años después, es una madre soltera que lucha por salir adelante trabajando como limpiadora en un hotel, haciendo todo lo posible por ocultar su pasado y a su hijo del despiadado Alfa que la rompió. Hasta que una noche, él la encuentra de nuevo. Más rico. Más oscuro. Más poderoso que nunca. Y la quiere de vuelta.
Killian no está aquí solo para jugar a la casita. Quiere control. De su vida. De su cuerpo. De su hijo. Y esta vez, no está pidiendo permiso.
Ella huyó de él una vez. Pero ahora que él sabe la verdad… Quemará el maldito mundo entero para quedarse con lo que es suyo.
Sr. Ryan
Se acercó con una expresión oscura y hambrienta,
tan cerca,
sus manos alcanzaron mi rostro y presionó su cuerpo contra el mío.
Su boca se apoderó de la mía con impaciencia, con un poco de rudeza.
Su lengua me dejó sin aliento.
«Si no vas conmigo, te follaré aquí mismo». Susurró.
Katherine mantuvo su virginidad durante años, incluso después de cumplir 18 años. Pero un día, conoció a un hombre extremadamente sexual, Nathan Ryan, en el club. Tenía los ojos azules más seductores que jamás haya visto, una barbilla bien definida, cabello rubio casi dorado, labios carnosos, perfectamente dibujados, y la sonrisa más asombrosa, con dientes perfectos y esos malditos hoyuelos. Increíblemente sexy.
Ella y él tuvieron una hermosa y sexy aventura de una noche...
Katherine pensó que tal vez no volvería a ver a ese hombre.
Pero el destino tiene otro plan
Katherine está a punto de asumir el puesto de asistente de un multimillonario propietario de una de las empresas más grandes del país y conocido por ser un hombre conquistador, autoritario y completamente irresistible. ¡Es Nathan Ryan!
¿Podrá Kate resistirse a los encantos de este hombre atractivo, poderoso y seductor?
Lea para conocer una relación desgarrada entre la ira y el deseo incontrolable de placer.
Advertencia: R18+, solo para lectores maduros.
De Substituta a Reina
Con el corazón roto, Sable descubrió a Darrell teniendo sexo con su ex en su cama, mientras transfería en secreto cientos de miles para mantener a esa mujer.
Lo peor fue escuchar a Darrell reírse con sus amigos: —Es útil—obediente, no causa problemas, se encarga de las tareas del hogar, y puedo follarla cuando necesito alivio. Básicamente es una sirvienta con beneficios. Hizo gestos groseros de empuje, provocando las carcajadas de sus amigos.
Desesperada, Sable se fue, reclamó su verdadera identidad y se casó con su vecino de la infancia—el Rey Lycan Caelan, nueve años mayor que ella y su compañero predestinado. Ahora Darrell intenta desesperadamente recuperarla. ¿Cómo se desarrollará su venganza?
De sustituta a reina—¡su venganza acaba de comenzar!
¡Vendida! Al Don Grizzly
Vender su virginidad en línea es una forma segura de asegurarse de que El Oso cancele el acuerdo, y cuando le informa a su padre que la ha vendido al mejor postor y nunca obtuvo su nombre real, el contrato se termina, pero también lo hace su relación con su propia familia.
Seis años después, ya no es la querida principessa de la familia Mariani, sino la madre soltera de un niño de cinco años que tiene un parecido asombroso con el hombre a quien vendió su inocencia.
Torquato Lozano ha buscado a la mujer que lo dejó plantado después de una increíble noche de pasión hace casi seis años. Cuando se topa con ella en una empresa recién adquirida, trabajando como técnica de IT, se sorprende al descubrir que es la mujer con la que su familia arregló su matrimonio hace tantos años. Una revisión de su expediente le revela que no se fue de su encuentro todas esas noches atrás con las manos vacías. Su pequeño hijo es la viva imagen de él, hasta en su tamaño imponente.
Cuando la familia de Alcee se da cuenta de que están perdiendo una lucrativa alianza financiera de la que deberían haber sido parte, comienza una guerra. Con enemigos apareciendo en cada esquina, Alcee y Torquato necesitarán dejar el pasado atrás y trabajar juntos para mantener a su hijo con vida. Su pasión se reavivará mientras luchan por mantener a su familia a salvo y forjar un nuevo poder para tomar el control del inframundo criminal de Nueva York.
Colmillos, Destino y Otras Malas Decisiones
Después de descubrir que su novio le había engañado, lo último que esperaba era tropezarse con un hombre herido en un callejón. Y definitivamente no uno con colmillos. Pero gracias a una mezcla de cócteles, vergüenza y sus cuestionables elecciones de vida, se lo lleva a casa. Resulta que no es cualquier vampiro—es un rey. Y según él, ella es su compañera predestinada.
Ahora, está atrapada con un chupasangre sobreprotector y taciturno que sigue rescatándola, una lista creciente de enemigos que quieren matarla, y una atracción innegable que hace muy difícil recordar por qué enamorarse de un vampiro es una terrible idea.
Porque si no tiene cuidado, no solo perderá su corazón—perderá su humanidad.
Placeres culposos
¿Todo ha sido un error? ¿O quizás solo parte del destino? La ida por un vaso de agua, resultó en el inicio de un deseo culposo con consecuencias irreversibles.
Soy Erika Martín de 21 años, soy una latina, proveniente de Venezuela, me mudé de mi país buscando el sueño Americano ante una oportunidad de empleo como servicio doméstico en la mansión uzcategui, sin saber que mi destino cambiaría por completo, al conocer a Alejandro Uzcategui, el heredero y magnate de negocios más prestigioso dela ciudad, con una ciudad tan grande y él puso sus ojos en mi, su humilde y tímida empleada, que no sabe decirle que no, todo con él era perfecto, pero él tiene dos grandes defectos, es casado y jodidamente posesivo, me llama bomboncito y me reclama como suya. Estoy locamente enamorada de él y temo por la repercusiones de lo que vendrá, ya que se que no me dejará escapar, menos cuando sepa mi gran secreto.
Regla número 1 - Sin Compañeros
«Déjame ir», lloriqueo, mi cuerpo tiembla de necesidad. «No quiero que me toques».
Me caigo sobre la cama y luego me doy la vuelta para mirarlo fijamente. Los tatuajes oscuros de los hombros cincelados de Domonic se estremecen y se expanden con el movimiento de su pecho. Su profunda sonrisa llena de arrogancia se extiende detrás de sí mismo para cerrar la puerta.
Mordiéndose el labio, se dirige hacia mí, con la mano pegada a la costura de sus pantalones y a la protuberancia que hay allí.
«¿Estás seguro de que no quieres que te toque?» Susurra, desatando el nudo y metiendo una mano dentro. «Porque juro por Dios que eso es todo lo que quería hacer. Todos los días, desde el momento en que entraste en nuestro bar, percibí tu sabor perfecto desde el otro lado de la habitación».
Draven, nuevo en el mundo de las palancas de cambio, es un humano que huye. Una chica hermosa a la que nadie podría proteger. Domonic es el frío alfa de la manada de lobos rojos. Una hermandad de doce lobos que viven según doce reglas. Reglas que juraron que NUNCA podrían romperse.
Especialmente, regla número uno: No hay amigos
Cuando Draven conoce a Domonic, sabe que ella es su compañera, pero Draven no tiene ni idea de lo que es una pareja, solo que se ha enamorado de un cambiaformas. Un alfa que le romperá el corazón al hacer que se vaya. Prometiéndose a sí misma que nunca lo perdonará, desaparece.
Pero no sabe nada del bebé que está embarazada ni de que, desde el momento en que se fue, Domonic decidió que las reglas estaban hechas para romperlas, ¿y ahora volverá a encontrarla? ¿Lo perdonará?
Nanny y sus cuatro matones alfa
Accardi
—Te costará algo —susurró antes de tirar de su lóbulo con los dientes.
Sus rodillas temblaron y, si no fuera por su agarre en su cadera, habría caído. Él empujó su rodilla entre sus muslos como un soporte secundario en caso de que decidiera necesitar sus manos en otro lugar.
—¿Qué quieres? —preguntó ella.
Sus labios rozaron su cuello y ella gimió mientras el placer que sus labios provocaban se hundía entre sus piernas.
—Tu nombre —exhaló él—. Tu verdadero nombre.
—¿Por qué es importante? —preguntó ella, revelando por primera vez que su corazonada era correcta.
Él se rió contra su clavícula.
—Para saber qué nombre gritar cuando vuelva a entrar en ti.
Genevieve pierde una apuesta que no puede pagar. Como compromiso, acepta convencer a cualquier hombre que su oponente elija para que se vaya a casa con ella esa noche. Lo que no se da cuenta cuando el amigo de su hermana señala al hombre taciturno sentado solo en el bar, es que ese hombre no se conformará con solo una noche con ella. No, Matteo Accardi, Don de una de las pandillas más grandes de la ciudad de Nueva York, no hace encuentros de una sola noche. No con ella, de todos modos.












