

Si me ves llorar por ti. (Serie Romance. 5)
Adamarys Merida · Completado · 148.1k Palabras
Introducción
Alba Rodríguez, una joven venezolana de escasos recursos económicos, quien estudia becada en la misma universidad, y que se verá inmersa en una gran mentira para acercarse a él.
El amor nace entre ellos, ambos vivirán un tórrido romance. Santiago considera a Alba, la mujer por la cual ha esperado toda la vida, sin sospechar que ella no es quien dice ser. Cuando la verdad sale a la luz, será rechazada y repudiada por su novio, quien al sentirse engañado se aleja de ella viviendo una vida llena de derroche y libertinaje.
Alba, sin familia, sin trabajo y sin el apoyo de nadie, tendrá que pasar muy duros momentos por sacar adelante al fruto de aquel amor, sin embargo años más tarde el destino pondrá frente a Santiago, a un pequeño idéntico a él, descubriendo el secreto que Alba, guardaba sigilosamente.
¿Serán capaces de sanar las heridas causadas?
¿Existirá el perdón entre ellos?
OBRA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE CODIGO: 1908201728671
©PROHIBIDA SU REPRODUCCION TOTAL O PARCIAL.
Registrada en el Instituto de Propiedad Intelectual de Ecuador. 2018. ©Derechos Reservados.
Capítulo 1
Santiago Vidal, observaba a través de los grandes ventanales de su imponente oficina de presidencia como la lluvia caía con fuerza. Ese ruido ensordecedor lo atormentaba. Le recordaba esa fatídica noche en la que todo terminó cinco años atrás.
Resopló con un sentimiento de congoja anidado en su pecho, con sus tristes ojos azules miró el agua golpear el vidrio, de la misma forma en que los recuerdos martillaban su corazón.
Colocó sus manos sobre la cornisa, y suspiró. Divisó como una bruma de neblina cubría los grandes rascacielos, tornando el cielo gris, tal cual su vida se transformó desde aquel instante en el que todo acabó. De nuevo aquella sensación de soledad cubrió su corazón, los remordimientos, no lo dejaban en paz hacía ya un largo tiempo, en especial en las tardes lluviosas que tanto le recordaban a ella.
No comprendía por qué ese día los recuerdos taladraban su cabeza. Quizás se debía a que su boda estaba muy próxima, o tal vez la respuesta a sus dudas era tan simple: Aún la amaba, a pesar del tiempo, de la distancia, y de sus mentiras, su corazón era tan necio que se negaba a olvidarla.
Sus ojos se llenaron de lágrimas al rememorar aquella noche.
Años atrás
—P- Por favor escúchame —suplicó ella.
—No tengo nada que escucharte, no quiero volver a saber de ti —enfatizó arrastrando las palabras de la furia que sentía—. No me incumbe lo que hagas desde ahora en adelante con tu vida. Si alguna vez te ame, ahora te odio por falsa, mentirosa e interesada —espetó con la mirada llena de resentimiento y el semblante cubierto de decepción—. Todo fue por mi dinero, ¿verdad? —La zarandeó. —¡Contesta! —vociferó.
La joven, lloraba sin tener que decir. Él no deseaba escucharla, la trataba como a una cualquiera, como una aprovechada.
—Todo lo hice por amor a ti... Por favor déjame explicarte. —El joven no creyó en sus palabras, la rechazó. Lleno de ira, sin medir su fuerza, la empujó, y ella cayó al suelo de rodillas ante él—. Perdóname, mi amor por favor, déjame explicarte —rogó sin calmar su llanto.
—¡Levántate! —ordenó él enfurecido. No podía contener su enojo, se había enamorado de ella, y confiado en sus palabras, era la mujer de su vida, con quien pensaba casarse y formar una familia, se sentía decepcionado, herido, burlado, y humillado.
Los dos lloraban al mismo tiempo, mientras la incesante lluvia caía sobre sus cuerpos.
—Por favor —susurró bajito la joven.
Él la agarró con fuerza de los brazos, y la levantó del piso.
—No vuelvas a llamarme: mi amor —vociferó tensando la mandíbula—. Esa palabra te queda grande a ti. No me busques, no me hables, desaparece de mi vida, haz cuenta que estoy muerto para ti.
Actualidad.
El timbre de su IPhone lo sacó de sus cavilaciones, respiró profundo al ver que era su futura esposa Eliana, la que lo llamaba.
—Amor, no olvides que hoy en la tarde tienes cita con el diseñador —expresó la chica—. Espero no faltes, deben hacer la última prueba de tu traje.
—Ahí estaré —respondió, quedándose pensativo.
—Pero qué cariñoso estás hoy —reclamó Eliana.
—Estoy un poco atareado, tengo junta directiva en diez minutos.
—Lo comprendo, cariño. Solo recuerda que después de esa reunión, te estaremos esperando.
—No lo olvidaré —concluyó la llamada y resopló. Tomó asiento en su mullido sillón de cuero, y sacó de uno de los cajones de su escritorio un estuche de terciopelo, lo abrió, observando el anillo que iba a entregarle a quien fue importante en s vida en el pasado, su corazón tembló al recordarla.
Tres golpes secos lo regresaron al presente, limpió con su mano un par de lágrimas que rodaron por sus mejillas.
—Adelante.
Los labios de Santiago perfilaron una amplia sonrisa, se puso de pie y caminó en dirección al hombre que acababa de ingresar.
—Alteza real —bromeó, tratando de disimular su tristeza, estrechó en un abrazo a su mejor amigo.
Joaquín correspondió el gesto.
—Sigo siendo un Duque. —Carcajeó divertido.
—¿Qué haces aquí en New York?
El joven colombiano suspiró profundo al recordar el motivo por el que se encontraba en la ciudad.
—Volví por un asunto importante —enfatizó clavando sus azules ojos en los de Santy.
La mirada de Santiago se cubrió de tristeza, inclinó su rostro.
—Suerte con eso —expresó con sinceridad.
El joven Duque notó como el semblante de su amigo se desencajó.
—Me llegó la invitación a tu boda —mencionó aclarándose la garganta. —¿Estás seguro de lo que vas a hacer
Santiago se puso de pie y caminó en dirección hacia la ventana, su mirada se perdió en el horizonte.
—Eliana ha estado conmigo en mis peores momentos —expuso pensativo—. Es una buena mujer.
—Pero no la amas —habló Joaquín, con seguridad—. Tú sigues enamorado de Alba. Te conozco, no me puedes mentir.
—No he vuelto a saber nada de ella. Recuerda que la busqué sin descanso, y todo lo que sufrí. Fuiste testigo —expresó con dolor respirando agitado.
El joven Duque se puso de pie y se acercó a su amigo, colocó su mano en el hombro de él.
—No pretendas llenar el vacío que la ausencia de Alba dejó, cometiendo el error de casarte con Eliana, no serán felices ninguno de los dos, ese matrimonio está condenado al fracaso.
El rostro de Santiago se llenó de confusión, inclinó su mirada, y resopló.
—No puedo suspender la boda a estas alturas.
—Si puedes hermano, hablale con la verdad a tu novia, si tú dices que es una buena mujer, no se merece que la engañes de esa manera, tú no eres así, hombre.
El joven Vidal regresó a su sillón y recargó su cuerpo en el espaldar, dubitativo.
—Tampoco puedo esperar que un día Alba aparezca por esa puerta. —Señaló con su mano—. Ella se olvidó de mí —expresó con dolor.
—… “Olvídala mejor olvídala” ...—entonó el joven colombiano.
—¿Piensas que no lo intenté? ¿No recuerdas por qué nos hundimos en el alcohol? —cuestionó tirando de su cabello—. Traté de borrarla de la memoria, sacarla de mi alma, sin embargo, no se puede, suena absurdo, pero así es. —Resopló.
—Yo más que nadie te comprendo —recalcó Joaquín. —¿Tú creés que fue fácil para mí? —cuestionó—, pensé que jamás saldría del centro de rehabilitación, y al igual que tú, mis pensamientos solo estaban dedicados a una sola mujer, sabes bien de quién se trata.
—La diferencia entre tú y yo, es que ella no te ha olvidado.
La mirada del joven Duque, se cubrió de esperanza, si había regresado a New York, era tan solo con un propósito, y era el de convertir a esa mujer, en su esposa y llevarla a Colombia.
—Tu situación es complicada, hermano —habló Joaquín—, pero no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, más bien vine a que vayamos a tomarnos...un café. —Sonrió.
—Gracias —respondió Santiago, mirando su Rolex—. En diez minutos tengo junta de directorio.
—Entonces no te quito más tiempo. Piensa en lo que hablamos. Hazme caso hombre —sugirió, poniéndose de pie para despedirse de su amigo.
Una vez que Joaquín abandonó la oficina. Santiago llevó sus dedos hacia su computador, abrió una carpeta en la que guardaba recuerdos de Alba.
—Debí darte la oportunidad de explicarme —Se reprochó hablando solo, mientras las yemas de sus dedos acariciaban el rostro de la chica, recordando aquellas noches en las que se amaban, y se hacían uno. —¿Qué será de ti? ¿En dónde estarás? ¿Me recordarás? —averiguó casi sollozando, embargado en una profunda tristeza.
Importante.
Esta obra fue uno de los primeros libros que he escrito, y es una especie de homenaje a todas esas mujeres fuertes y luchadoras que han sacado a sus hijos adelante solas, como es una obra de ficción, tiene la magia del romance, y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia; pero en la vida real, sabemos que muchas de ustedes no han contado con el apoyo del padre de sus hijos, y a pesar de eso han salido adelante y las felicito.
Si no te gustan este tipo de obras te recomiendo y te pido con todo respeto no continuar la lectura, sin venir a dejar hate o comentarios mal intencionados, cuando a uno no le agrada algo, es mejor pasar de largo.
Recalco que está debidamente registrado en el Instituto de Propiedad Intelectual de mi país: Ecuador, por lo que queda prohibido la distribución, comercialización, copia, adaptación, sin mi permiso, en caso de suceder algo así, los culpables deberán responder ante las leyes de mi país.
Últimos capítulos
#103 Capítulo 98: Epílogo (parte 2)
Última actualización: 12/27/2024#102 Capítulo 97: Epílogo(Parte 1)
Última actualización: 12/27/2024#101 Capítulo 96: Final (II Parte)
Última actualización: 12/27/2024#100 Capítulo 95: Final (I Parte)
Última actualización: 12/27/2024#99 Capítulo 94: Siempre encontraré la forma de regresar a ti.
Última actualización: 12/27/2024#98 Capítulo 93: No sé si volverás, y muero.
Última actualización: 12/27/2024#97 Capítulo 92.1: Siempre quise conocerte...papá.
Última actualización: 12/27/2024#96 Capítulo 92: Siempre quise conocerte...papá.
Última actualización: 12/27/2024#95 Capítulo 91: Durante años esperé tu regreso.
Última actualización: 12/27/2024#94 Capítulo 90: Vamos a volvernos eternos.
Última actualización: 12/27/2024
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