10. No quiero tener miedo a la oscuridad.

—Oh, lo siento, no te había notado, eres bastante transparente— se disculpó una joven de manera ligeramente sarcástica. Podría estar pidiendo perdón, pero por el tono de voz que usó, nadie se lo concedería. Ally se quedó en silencio, cerrando los ojos y apretando los puños, tratando de respirar prof...