NovelaGO
SIEMPRE FUISTE TÚ

SIEMPRE FUISTE TÚ

obraskeyrapayan · Completado · 154.0k Palabras

758
Tendencia
3.5k
Vistas
587
Agregado
Agregar a estante
Comenzar a leer
Compartir:facebooktwitterpinterestwhatsappreddit

Introducción

Tras dos años de silencio y caminos separados, Helena y Maximilien se ven obligados a enfrentar el pasado cuando un conflicto entre sus familias los arrastra de nuevo al mismo escenario donde su historia se rompió. El divorcio no solo marcó el final de su matrimonio, sino también la pausa forzada de un amor que nunca se apagó del todo.

Lo que comienza como un reencuentro lleno de reproches y orgullo herido pronto desentierra viejas emociones, aquellas que ni el tiempo ni la distancia lograron sepultar. Pero el amor, por sí solo, no siempre es suficiente. Secretos no revelados, lealtades divididas y miedos del pasado se interponen entre ellos, poniendo a prueba no solo sus corazones, sino también su capacidad de perdonar y arriesgarse de nuevo.

¿Serán capaces de derribar las barreras que los separan y escribir un nuevo capítulo, o descubrirán que hay amores destinados a quedar en el recuerdo? Cuando el destino les ofrece una segunda oportunidad, Helena y Maximilien deberán decidir si están dispuestos a luchar por la felicidad que una vez les fue arrebatada.

Capítulo 1

Helena conducía hacia su casa después de un día agotador en el trabajo, ansiosa por un respiro.

Sin embargo, al pasar por el parque cercano a su edificio, algo la hizo frenar en seco.

Allí, vio a su hermana menor entregada a un beso apasionado con un hombre que parecía mucho mayor. Se acercó, confirmando lo que ya temía: su hermana estaba con Billy Baker, el hermano menor de su exesposo, un hombre casado y con la fama de ser un mujeriego.

Helena lo conocía bien; durante su matrimonio con Maximilien, él tuvo que intervenir en varias ocasiones para sacar a Billy de problemas. La rabia la invadió, así que paró el coche y bajó rápidamente para enfrentarlos. Tenía que proteger a Ana de ese hombre que solo le traería sufrimiento.

Le indignaba la falta de vergüenza de su hermana, que sabía perfectamente que Billy estaba casado, pero lo que más le molestaba era la actitud de su excuñado, quien no solo ignoraba la edad de Ana, sino también el lazo que alguna vez unió a sus familias.

—¿Pero qué demonios significa esto? ¿Acaso han perdido la cabeza? —espetó Helena, con la mirada encendida de furia.

—¿Qué pasa, cariño? ¿Será que estás celosa? —respondió Billy, con una sonrisa cargada de cinismo.

—No digas estupideces, Billy. Sabes perfectamente que Ana es menor de edad. Te aprovechaste de su inexperiencia para manipularla. Y tú, ¿no te da vergüenza? Sabías que este hombre es casado y no te importó. ¿Qué clase de personas son ustedes?

—Deja de entrometerte en la vida ajena —replicó Ana, cruzándose de brazos—. Estoy con Billy porque lo amo, y muy pronto se divorciará de esa bruja de su esposa. Nos casaremos y nada podrá evitarlo.

—¿En serio? No te hagas ilusiones. Eso jamás va a pasar. Valeria lo tiene bien amarrado, y si él intenta dejarla, sus infidelidades saldrían a la luz, arrastrando el apellido Baker por el barro. Y créeme, eso es lo último que le conviene.

Ana soltó una risa sarcástica.

—Hablas así porque te carcome la rabia. Yo sí tengo a un Baker a mi lado, y tú ya no. Maximilien jamás volverá contigo. Ahora está comprometido con una mujer de la alta sociedad, alguien que sí está a su nivel. Tú ya no significas nada para él.

Al escuchar aquellas palabras, Helena sintió cómo la rabia le subía por la garganta hasta estallar. Sin pensarlo dos veces, abofeteó a Ana con furia. Le había dado justo donde más le dolía. Sabía que Maximilien estaba a punto de casarse nuevamente, pero escuchar a alguien recordárselo era como arrancar la costra de una herida que nunca terminaba de sanar. Ya habían pasado dos años desde el divorcio, y aun así, su recuerdo seguía atormentándola.

—No estamos hablando de mí. Eso ya es parte del pasado —dijo Helena, con la voz temblando de ira contenida—. Pero escúchame bien, Billy. Mantente lejos de mi hermana. Me conoces y sabes que siempre cumplo mis advertencias. Si no voy ahora mismo a denunciarte, no es por ti, sino por tu familia. Así que piénsalo bien. Estás advertido. Y tú, Ana, súbete al auto de inmediato.

—No voy a ninguna parte contigo. Odio que siempre intentes controlarme. No tienes idea de cuánto te detesto —espetó Ana, forcejeando para liberarse del agarre firme de su hermana.

Billy, sin inmutarse, se dio la vuelta y se marchó, como si nada de lo sucedido tuviera importancia. Ana gritó su nombre, rogándole que no la dejara sola, pero él ni siquiera se dignó a mirar atrás.

—¿Te das cuenta ahora de lo mucho que le importas? —dijo Helena, con una mezcla de lástima y frustración—. Abre los ojos, Ana. Ese desgraciado solo te quiere para pasar el rato.

Después de escuchar las palabras de Helena, Ana finalmente cedió y subió al auto. Durante todo el trayecto no hizo más que llorar en silencio, con la mirada fija en la ventana, como si el paisaje borroso pudiera consolarla.

Al llegar a casa de su madre, Helena vio a la mujer de pie en la entrada, pero fue el llanto desconsolado de Ana lo que acaparó su atención. Sin pensarlo dos veces, la abrazó con fuerza y la llevó directo al dormitorio, intentando, sin éxito, calmar su angustia.

Una vez sola en el salón, Helena recorrió con la mirada cada rincón de la casa. Los lujos y los adornos ostentosos parecían fuera de lugar, un recordatorio doloroso de la falta de sensatez. Pensó que, tras la muerte de su padre, manejarían con más prudencia el poco dinero que él, con tanto esfuerzo, les había dejado.

Pero la realidad era otra. Tanto su madre como Ana estaban dilapidando el capital como si fuera inagotable. Desde su divorcio, Helena apenas las visitaba, pero cada mes enviaba puntualmente una pequeña suma de dinero, creyendo que, al menos, eso las mantendría a flote.

—¿Qué haces aquí? —la voz de su madre irrumpió en la sala, cargada de enojo.

Helena cerró los ojos por un instante y respiró hondo. Estaba cansada de callar, de fingir que todo estaba bien. Por primera vez en su vida, decidió encarar a su madre sin reservas.

—Siempre supiste lo que estaba pasando y no me dijiste nada, mamá. ¿Cómo pudiste permitir que algo así sucediera? —le espetó, con la mirada clavada en la de ella, sin rastro de temor.

—No sé para qué viniste —espetó su madre con el rostro desencajado—. Lo único que haces siempre es arruinarlo todo con tus estúpidos principios. Esta era nuestra única oportunidad de recuperar la vida a la que estamos acostumbradas. El pusilánime de tu padre nos dejó en la miseria, y tú… tú ni siquiera fuiste capaz de retener a Maximilien. Y ahora que Anita había logrado atrapar a Billy, vienes y lo echas todo a perder. Entiéndelo de una vez, Helena: no te necesitamos aquí. Lo único útil que podrías hacer sería reconquistar a tu exmarido, hijita.

Las palabras de su madre eran como puñales, afilados por el resentimiento y la codicia. Helena la observó por un largo instante, con una mezcla de dolor y determinación reflejada en su mirada.

—Es increíble hasta dónde eres capaz de llegar por conseguir lo que quieres —dijo, con la voz firme pero cargada de tristeza—. Pero a Ana no le vas a arruinar la vida como lo hiciste conmigo. Te lo aseguro.

Sin esperar respuesta, Helena dio media vuelta y salió de aquella casa que, lejos de ser un refugio, siempre había sido un campo de batalla emocional. El peso en su pecho era insoportable, pero no tanto como la certeza de que, para su madre y su hermana, ella nunca había sido más que un obstáculo.

Mientras caminaba por la acera desierta, no pudo evitar que las lágrimas nublaran su visión. Sabía que estaba sola. Lo había estado desde que su padre murió y todo en su vida se desmoronó. Hasta que apareció Maximilien. Él fue su única luz en medio de la tormenta, el hombre del que se enamoró sin remedio y con quien, por un breve tiempo, construyó un hogar.

A pesar de sus constantes ausencias, cuando estaban juntos, el mundo parecía detenerse. Los momentos compartidos compensaban las distancias y las horas de soledad. Pero ahora, ese amor también era solo un recuerdo doloroso, una promesa rota que se negaba a desaparecer.

Cuando el divorcio se volvió inevitable por aquel malentendido devastador, Helena sintió que su mundo se desmoronaba. Le tomó mucho tiempo reconstruirse, recoger los pedazos de su corazón y encontrar algo parecido a la paz. Pero ahora, la sola idea de buscar a Maximilien la paralizaba. Temía que esos sentimientos, enterrados a la fuerza, despertaran con más ímpetu del que podría soportar. Porque, aunque lo negara, el amor por él seguía latiendo, silencioso pero persistente.

Sin embargo, no podía permitirse flaquear. El asunto con su hermana era demasiado grave para ignorarlo. Helena conocía bien a Billy y sabía que no se detendría. Seguiría manipulando a Ana, explotando su ingenuidad y su fragilidad emocional hasta dejarla completamente rota.

Desde que su padre murió, Ana había lidiado con crisis recurrentes, arrastrando problemas emocionales que nunca logró superar del todo. Billy estaba al tanto de cada una de sus debilidades y, aun así, no tuvo reparos en aprovecharse de ellas, sin importar el daño que pudiera causar.

Con el alma hecha un nudo, Helena comprendió que no tenía opción. Reunió cada gramo de fortaleza que le quedaba y tomó la decisión que, lo sabía, cambiaría el rumbo de su vida: debía llamar a Maximilien. No por las hirientes palabras de su madre, sino por el bien de su hermana.

Cuando finalmente llegó a su apartamento, se dejó caer en el sofá como si el peso del día la hubiera aplastado por completo. Lloró en silencio, hasta que no quedaron lágrimas, hasta que la frustración se disipó lo suficiente como para pensar con claridad.

Respiró hondo, se aclaró la garganta y, con la mano temblando apenas, marcó el número de la empresa de Maximilien. El timbre del teléfono resonó en el silencio de la sala, cada tono más largo y pesado que el anterior. Helena cerró los ojos y se preparó para enfrentar no solo el problema de su hermana, sino también los fantasmas que creía haber dejado atrás.

—Buenos días, ¿podría comunicarme con el señor Maximilien Baker, por favor? —pidió Helena, intentando que su voz no revelara el torbellino de emociones que la consumía.

—¿De parte de quién? —respondió la secretaria con amabilidad profesional.

—Dígale que la señorita Helena Andrews necesita hablar con él —contestó, aferrando el celular como si aquel objeto pudiera sostenerla en pie.

Su corazón latía con tanta fuerza que parecía resonar en sus oídos. Las manos le temblaban, traicionando el esfuerzo por mantenerse serena. Pero nada la preparó para lo que vino después: la voz de Maximilien. Esa tonalidad grave y seductora, intacta a pesar del tiempo, que siempre había tenido el poder de desarmarla.

El pasado se precipitó sobre ella con una intensidad abrumadora, como si los años de distancia se desvanecieran en un suspiro.

—Hola, Helena —saludó él, con la naturalidad de quien jamás dejó de conocerla—. Me dijeron que querías hablar conmigo. Pues bien, aquí estoy. Te escucho.

—Hola, Maximilien —respondió finalmente Helena, esforzándose por mantener la compostura—. Necesitamos hablar sobre algo importante.

—No veo qué asunto podrías tener conmigo —replicó él con frialdad—. Ni siquiera te dignaste a verme cuando firmamos el divorcio. No entiendo qué podría ser tan urgente ahora.

—No se trata de nosotros —aclaró ella, respirando hondo—. Es sobre Ana y Billy.

Hubo un breve silencio antes de que él preguntara, con evidente desconcierto:

—¿Ana y Billy? ¿Qué tienen que ver ellos en esto?

—Están saliendo, Maximilien. Y tenemos que hacer algo para detener esa locura.

El tono de Maximilien cambió de inmediato, de indiferente a serio.

—Entiendo. Esto no es algo que podamos discutir por teléfono. Nos vemos en el café de siempre, ¿sabes cuál te digo?

No esperó respuesta. Simplemente colgó, dejando a Helena paralizada, con el celular aún en la mano y un nudo de incertidumbre apretándole el pecho.

Últimos capítulos

Te podría gustar 😍

Segundas Oportunidades

Segundas Oportunidades

1.5m Vistas · Completado · Vicky Visagie
Él me estaba besando, distrayéndome del dolor en mi coño y luego empezó a moverse lentamente y el dolor empezó a desaparecer. Se estaba volviendo cada vez más placentero, tan agradable que empecé a mover mis caderas mientras él se movía encima de mí. Se inclinó mientras se movía dentro y fuera de mí y tomó uno de mis pezones en su boca. Podía sentir cómo me mojaba a su alrededor, lo que solo hizo que se moviera más rápido dentro de mí.

—Joder, ángel, estás tan mojada.


Cuando el amante encontró su camino de regreso. Estaba embarazada hace 12 años, pero desaparecí de su vida. A medida que mi hija crece y se parece más a él, mi anhelo se profundiza. Ahora, en una gala, lo veo inesperadamente de nuevo, ahora un encantador CEO.

Amé a Nicolás con todo mi corazón durante años mientras estábamos en la universidad, pero una noche quedé embarazada, la única noche que no usamos protección. Tuve que huir de él; tenía un futuro brillante por delante, tenía un negocio para el que había sido preparado desde niño. No podía interponerme en su camino, no podía destruir sus esperanzas y sueños como el embarazo destruiría los míos, así que tuve que huir y tuve que irme a un lugar donde él no me buscara. Doce años después, soy enfermera, lo cual no era mi sueño en absoluto, pero ponía comida en la mesa y eso era lo importante. Una de mis colegas me dio entradas para ir a un Baile de Navidad y ¿con quién me encuentro? Con el amor de mi vida, el hombre del que huí, el hombre que se parece a mi hija, y en su brazo, por supuesto, estaba la modelo más hermosa. Desde que lo dejé, me aseguré de seguirlo en las redes sociales y en los periódicos; obviamente usé otro nombre en las redes sociales y siempre tenía una modelo en su brazo, siempre. La cosa es que ninguna de ellas se parecía a mí, lo que me hizo darme cuenta de que él me había superado. Verlo en la vida real y no solo en mi teléfono o en los periódicos me arrancó el corazón del pecho, especialmente con la modelo a su lado.
Mi Esposo Quiere Un Matrimonio Abierto

Mi Esposo Quiere Un Matrimonio Abierto

1.2m Vistas · Completado · Elysian Sparrow
Es cierto lo que dicen sobre el matrimonio: uno de los dos siempre es más feliz que el otro.

El mundo de Julie se desmorona cuando su esposo, Ryan, revela que quiere un matrimonio abierto. Su razón: necesita un hijo ya que no han podido tener uno. Julie acepta a regañadientes para salvar su matrimonio.

Al día siguiente, Ryan regresa a casa con su secretaria, confirmando la sospecha de Julie de que su aventura estaba ocurriendo a sus espaldas.

Julie, con el corazón roto y llena de rabia, busca consuelo en un bar, donde conoce a un fascinante desconocido llamado Luke, quien cambia las reglas del juego. Julie se confía a Luke mientras beben, y él propone un plan arriesgado: él actuará como su "novio" para darle la vuelta a la situación con Ryan.

Julie acepta, desencadenando una serie de eventos que desafiarán todo lo que creía saber sobre el amor, la lealtad y sobre sí misma.
La Cachorra del Príncipe Licántropo

La Cachorra del Príncipe Licántropo

3.8m Vistas · En curso · chavontheauthor
—Eres mía, cachorrita—gruñó Kylan contra mi cuello.
—Pronto estarás rogándome. Y cuando lo hagas—te usaré como me plazca, y luego te rechazaré.



Cuando Violet Hastings comienza su primer año en la Academia de Cambiantes Starlight, solo quiere dos cosas: honrar el legado de su madre convirtiéndose en una sanadora hábil para su manada y pasar por la academia sin que nadie la llame rara por su extraña condición ocular.

Las cosas toman un giro dramático cuando descubre que Kylan, el arrogante heredero al trono de los Licántropos que ha hecho su vida miserable desde el momento en que se conocieron, es su compañero.

Kylan, conocido por su personalidad fría y sus maneras crueles, está lejos de estar contento. Se niega a aceptar a Violet como su compañera, pero tampoco quiere rechazarla. En cambio, la ve como su cachorrita y está decidido a hacer su vida aún más un infierno.

Como si lidiar con el tormento de Kylan no fuera suficiente, Violet comienza a descubrir secretos sobre su pasado que cambian todo lo que pensaba que sabía. ¿De dónde viene realmente? ¿Cuál es el secreto detrás de sus ojos? ¿Y ha sido toda su vida una mentira?
Una hermosa coincidencia

Una hermosa coincidencia

922.7k Vistas · Completado · Dannya Menchaca Historias
Una historia romántica, la cual empieza con la tragedia para la protagonista de perder a su mejor amiga, algo que la lleva a quedarse con una gran responsabilidad, está comenzando una nueva vida y ahora tiene al hijo de su mejor amiga en sus manos. Las dificultades no se hacen esperar, pero en su camino pasan demasiadas cosas que la llevan a conocer al amor de su vida y sobre todo, a tener un gran apoyo con ese pequeñito.
Coronada por el Destino

Coronada por el Destino

744.1k Vistas · En curso · T.S
—¿Crees que compartiría a mi pareja? ¿Simplemente me quedaría mirando mientras te acuestas con otra mujer y tienes hijos con ella?

—Ella solo sería una Criadora, tú serías la Luna. Una vez que esté embarazada, no la tocaría de nuevo —la mandíbula de mi pareja Leon se tensó.

Reí, un sonido amargo y roto.

—Eres increíble. Prefiero aceptar tu rechazo que vivir así.

——

Como una chica sin lobo, dejé a mi pareja y a mi manada atrás.

Entre los humanos, sobreviví convirtiéndome en una maestra de lo temporal: saltando de trabajo en trabajo... hasta que me convertí en la mejor bartender de un pequeño pueblo.

Ahí es donde me encontró el Alfa Adrian.

Nadie podía resistirse al encantador Adrian, y me uní a su misteriosa manada oculta en lo profundo del desierto.

El Torneo del Rey Alfa, que se celebra cada cuatro años, había comenzado. Más de cincuenta manadas de toda Norteamérica estaban compitiendo.

El mundo de los hombres lobo estaba al borde de una revolución. Fue entonces cuando volví a ver a Leon...

Dividida entre dos Alfas, no tenía idea de que lo que nos esperaba no era solo una competencia, sino una serie de pruebas brutales e implacables.
Una Reina de Hielo en Venta

Una Reina de Hielo en Venta

4m Vistas · Completado · Maria MW
«Póntelos». Cogí el vestido y la ropa interior, luego quise volver al baño, pero ella me lo impidió. Sentí que mi corazón se paró por un segundo cuando escuché su orden. «Vístete aquí. Déjame verte». Al principio no entendí lo que quería decir, pero cuando me miró con impaciencia, supe que debía hacer lo que me decía. Abrí mi bata y la puse en el sofá blanco de al lado. Sostenía el vestido y quería ponérmelo cuando la volviera a escuchar. «Pare». Mi corazón casi se me sale del pecho. «Pon el vestido en el sofá por un segundo y ponte de pie». Hice lo que me dijo. Me quedé ahí completamente desnuda. Me examinó de pies a cabeza con los ojos. La forma en que revisó mi cuerpo desnudo me hizo sentir muy mal. Movió mi cabello detrás de mis hombros, pasando suavemente su dedo índice por mi pecho, y su mirada se detuvo en mis pechos. Luego continuó con el procedimiento. Su mirada se movió lentamente entre mis piernas y la miró durante un rato. «Abre las piernas, Alice». Se puso en cuclillas y cerré los ojos cuando se movió para verme más de cerca. Solo esperaba que no fuera lesbiana o algo así, pero al final se puso de pie con una sonrisa de satisfacción. «Perfectamente afeitado. Los hombres son así. Estoy seguro de que a mi hijo también le gustará. Tu piel es bonita y suave, y eres musculoso, pero no demasiado. Eres perfecto para mi Gideon. Ponte primero la ropa interior y luego el vestido, Alice». Tenía muchas cosas que decir, pero me las tragé. Tenía ganas de escapar, y ese fue el momento y el momento en que me juré que lo lograría una vez.

Alice es una hermosa patinadora artística de dieciocho años. Su carrera está a punto de culminar cuando su cruel padrastro la vende a una familia adinerada, los Sullivan, para que se convierta en la esposa de su hijo menor. Alice asume que hay una razón por la que un hombre apuesto quiere casarse con una chica extraña, especialmente si la familia forma parte de una conocida organización criminal. ¿Encontrará la manera de derretir los corazones helados y dejarla ir? ¿O podrá escapar antes de que sea demasiado tarde?
Sr. Ryan

Sr. Ryan

1.4m Vistas · Completado · Mary D. Sant
«¿Qué cosas no están bajo tu control esta noche?» Esbocé mi mejor sonrisa, apoyándome contra la pared.
Se acercó con una expresión oscura y hambrienta,
tan cerca,
sus manos alcanzaron mi rostro y presionó su cuerpo contra el mío.
Su boca se apoderó de la mía con impaciencia, con un poco de rudeza.
Su lengua me dejó sin aliento.
«Si no vas conmigo, te follaré aquí mismo». Susurró.


Katherine mantuvo su virginidad durante años, incluso después de cumplir 18 años. Pero un día, conoció a un hombre extremadamente sexual, Nathan Ryan, en el club. Tenía los ojos azules más seductores que jamás haya visto, una barbilla bien definida, cabello rubio casi dorado, labios carnosos, perfectamente dibujados, y la sonrisa más asombrosa, con dientes perfectos y esos malditos hoyuelos. Increíblemente sexy.

Ella y él tuvieron una hermosa y sexy aventura de una noche...
Katherine pensó que tal vez no volvería a ver a ese hombre.
Pero el destino tiene otro plan

Katherine está a punto de asumir el puesto de asistente de un multimillonario propietario de una de las empresas más grandes del país y conocido por ser un hombre conquistador, autoritario y completamente irresistible. ¡Es Nathan Ryan!

¿Podrá Kate resistirse a los encantos de este hombre atractivo, poderoso y seductor?
Lea para conocer una relación desgarrada entre la ira y el deseo incontrolable de placer.

Advertencia: R18+, solo para lectores maduros.
Empezar de Nuevo

Empezar de Nuevo

5.5m Vistas · Completado · Val Sims
Eden McBride pasó toda su vida coloreando dentro de las líneas. Pero cuando su novio la deja un mes antes de su boda, Eden deja de seguir las reglas. Un rebote caliente es justo lo que el médico recomienda para su corazón roto. No, la verdad es que no. Pero es lo que Eden necesita. Liam Anderson, el heredero de la mayor empresa de logística de Rock Union, es el hombre perfecto para recuperarse. Apodado el Príncipe de los Tres Meses por los tabloides porque nunca está con la misma chica por más de tres meses, Liam ha tenido su parte justa de aventuras de una noche y no espera que Eden sea algo más que una conexión. Cuando se despierta y descubre que ella se ha llevado su camisa vaquera favorita, Liam está irritado, pero extrañamente intrigado. Ninguna mujer se ha levantado de su cama voluntariamente ni le ha robado. Eden ha hecho ambas cosas. Necesita encontrarla y crear su cuenta. Pero en una ciudad con más de cinco millones de habitantes, encontrar a una persona es tan imposible como ganar la lotería, hasta que el destino los reúne dos años después. Eden ya no es la niña ingenua que era cuando saltó a la cama de Liam; ahora tiene un secreto que proteger a toda costa. Liam está decidido a conseguir todo lo que Eden le robó, y no es solo su camisa.

© 2020-2021 Val Sims. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta novela puede reproducirse, distribuirse o transmitirse de ninguna forma ni por ningún medio, incluidas las fotocopias, la grabación u otros métodos electrónicos o mecánicos, sin el permiso previo por escrito del autor y los editores.
Colmillos, Destino y Otras Malas Decisiones

Colmillos, Destino y Otras Malas Decisiones

571.1k Vistas · En curso · Elizma Du Toit
Algunas malas decisiones vuelven para morderte. Literalmente.

Después de descubrir que su novio le había engañado, lo último que esperaba era tropezarse con un hombre herido en un callejón. Y definitivamente no uno con colmillos. Pero gracias a una mezcla de cócteles, vergüenza y sus cuestionables elecciones de vida, se lo lleva a casa. Resulta que no es cualquier vampiro—es un rey. Y según él, ella es su compañera predestinada.

Ahora, está atrapada con un chupasangre sobreprotector y taciturno que sigue rescatándola, una lista creciente de enemigos que quieren matarla, y una atracción innegable que hace muy difícil recordar por qué enamorarse de un vampiro es una terrible idea.

Porque si no tiene cuidado, no solo perderá su corazón—perderá su humanidad.
Mis Gemelos Alfa Posesivos Para Pareja

Mis Gemelos Alfa Posesivos Para Pareja

582.3k Vistas · Completado · Veejay
Sophia Drake se preparó para lo peor cuando se vio obligada a mudarse al otro lado del país en medio de su penúltimo año de secundaria. Desesperada por escapar de su hogar destrozado tan pronto como cumpla dieciocho años, sus planes se ven interrumpidos por los enigmáticos y cautivadores gemelos Ashford. Sophia no puede comprender la intensa atracción que siente por los gemelos y trata de evitarlos a toda costa. A medida que se adentra en un mundo desconocido, sus demonios del pasado resurgen, haciéndola cuestionar su verdadera identidad. ¿Huirá Sophia de los secretos de su pasado, o abrazará su destino y tomará el control de su futuro?
Sanando a Su Luna Rota....

Sanando a Su Luna Rota....

540.9k Vistas · Completado · Jcsn 168
¿Crees en los mitos? Justo cuando Lucy piensa que no puede empeorar, lo hace. Hace cuatro años, Lucy lo perdió todo en un ataque inesperado. Ha sido maltratada, hambrienta, rechazada y rota. A medida que se acerca su decimoctavo cumpleaños, comienzan a suceder cosas extrañas, cosas que solo ocurren una vez cada siglo. Encuentra amistad en el lugar más insospechado y escapa para descubrir su verdadero yo con la ayuda del Alfa más peligroso. Advertencia: Esta trilogía de hombres lobo no está destinada a menores de 18 años ni a quienes no disfruten de una buena aventura. Te llevará a recorrer el mundo, te hará reír, enamorarte, romper tu corazón y posiblemente dejarte con ganas de más.
Dejando Ir

Dejando Ir

428.4k Vistas · Completado · Becky j
La vida de Molly era perfecta. Estaba casada con su amor de la secundaria, rodeada de sus amigos y familia, y esperaba con ansias el futuro. Pero todo eso termina una noche trágica cuando su mundo se pone de cabeza.
Esa fatídica noche lleva a Molly y a su mejor amigo Tom a guardar un secreto muy cerca de sus corazones, pero mantener este secreto también podría significar destruir cualquier oportunidad de un nuevo futuro para Molly.
Cuando el hermano mayor de Tom, Christian, conoce a Molly, su disgusto por ella es instantáneo y hace poco esfuerzo por ocultarlo. El problema es que se siente atraído por ella tanto como la detesta, y mantenerse alejado de ella empieza a convertirse en una batalla, una batalla que no está seguro de poder ganar.
Cuando el secreto de Molly se revela y ella se ve obligada a enfrentar el dolor de su pasado, ¿podrá encontrar la fuerza para quedarse y superar el dolor o huirá de todo lo que conoce, incluyendo al único hombre que le da esperanza de un futuro feliz? Una esperanza que nunca pensó volver a sentir.