Capítulo veintiséis

De la mano, Merrow y Lola caminaban por la playa. El almuerzo había sido divertido, aunque apresurado por la emoción de Merrow de volver al agua. Lola podía entenderlo. Era un día hermoso, el sol les golpeaba, haciendo que el sudor le recorriera la espalda a pesar de la brisa fresca. Ojalá hubiera p...

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